20 dic 2013

Domingo 4° de Adviento



Mateo 1,18-25


1. Oración Inicial: Ven, oh Espíritu Creador. Sé luz para el entendimiento de la Palabra que hoy escucharemos. ¡Ven, Señor Jesús! AMÉN.  Cantar  «Espíritu Santo Ven, Ven».

2.  Lectura: ¿Qué dice el texto?
a. Introducción: El Evangelio de Mateo comienza con la genealogía de Jesús (Mt 1,1-17). En el texto de hoy Mateo desarrolla lo que había insinuado en Mt 1,16 y trata de explicar cómo Jesús, nacido de manera misteriosa de María, forma parte del linaje de David y de Abrahán a través de José que lo adopta como hijo. Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.
b. Leer el texto: Mateo 1,18-25: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.
c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones.  Terminar cantando: «Tu Palabra me Da Vida».
d. ¿Qué dice el texto?
1)     Cada persona lee el versículo o parte del texto que le impresionó más.
2)     ¿Cuál era la relación entre María y José? ¿Cómo se produjo su embarazo?
3)     Cuando José lo supo: ¿Cuál fue su primera reacción? ¿Qué le reveló el ángel de Dios en sueños?
4)     Según las palabras del ángel: ¿Quién es el hijo que nacerá de María? ¿Qué nombre recibirá y qué significa?
5)     En cumplimiento de las palabras del profeta ¿Qué nombre pondrán al hijo? ¿Qué significa?
6)     ¿Cómo actuó José cuando se despertó del sueño?

3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra vida.
a)     En los planes divinos no todo está garantizado, porque están involucradas la libertad y la voluntad humanas: ¿Qué nos sucede cuando Dios cambia los planes o proyectos que tenemos? ¿Qué aprendemos de la conducta de José?
b)    El desconcierto de José, con la noticia del embarazo, lo dispone para comprender la acción de Dios en su vida. A veces, cuando todo discurre "normalmente", no somos capaces de percibir lo nuevo. Lo imprevisto rompe esquemas. Cuente su experiencia al respecto.
c)     El ángel ayuda a José a entender la acción de Dios en lo sucedido. Ángel quiere decir "mensajero". Hoy son muchos "los mensajeros" que nos orientan en la vida. A veces obran en las reuniones, en las conversaciones, en los encuentros bíblicos, en los hechos, etc. Cuente su experiencia al respecto.
d)    Es el Espíritu de Dios que produce vida nueva en María.  Compartir experiencias cómo, en nuestra historia, el Espíritu de Dios ha producido vida nueva.
e)     ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?

4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos en forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre nuestra vida. «Emmanuel, «Dios con nosotros», ven.»

5. Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto, volver la mirada al mundo y comprometernos con el Reino de Dios y su justicia: Compromiso: Ser testimonio, esta semana, de que Dios está con nosotros.  Llevamos una "palabra". Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración donde volver a conversarla con el Señor.

6. Oración final: Padre bueno y misericordioso, cuando hacemos nuestra propia voluntad nos perdemos, se diluye el sentido de nuestra vida y arrastramos personas a la perdición; que al contemplar hoy a María y José, obedientes a tu voluntad, sintamos también nosotros el placer y la necesidad de adherir a Ti nuestro ser y nuestra voluntad. Padre Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN.  

Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más

1. Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente pauta al iniciar cada encuentro:
a)    Compartir sobre lo que le pasó a la gente en su diario vivir durante la semana.
b)    ¿Cómo he experimentado a Jesús en lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c)    ¿Qué he hecho esta semana para extender el Reino de Dios?

2. Una clave de lectura para el Evangelio de Mateo: El Evangelio de Mateo se dirige a una comunidad de judíos convertidos, que viven una profunda crisis de identidad con relación a su pasado judío. Cuando en el año 65, d.C., explotó la rebelión contra Roma, los judíos cristianos no participaron y abandonaron Jerusalén. Los fariseos hicieron lo mismo. Después de la destrucción de Jerusalén en el año 70, los fariseos organizaron lo que quedaba del pueblo y se declararon de un modo más decidido en contra de los cristianos, que terminaron por ser excomulgados. Esta excomunión hizo más agudo el problema de la identidad. Ahora, oficialmente excomulgados, no podían frecuentar sus sinagogas. Y surge para ellos la pregunta: ¿A quién pertenecen las promesas: a la sinagoga o a la iglesia? ¿Quién es el verdadero pueblo de Dios: ellos o nosotros? ¿Es Jesús verdaderamente el Mesías? Mateo escribe su evangelio para esta comunidad. El Evangelio de Mateo se puede definir con estas tres palabras:
1)     Evangelio de la consolación para los excomulgados y perseguidos por los hermanos que no aceptan a Jesús en calidad de Mesías (Cristo); ayuda a superar el trauma de la rotura, de la separación.
2)     Evangelio de la revelación: muestra a Jesús como el verdadero Mesías, el nuevo Moisés, en el que culmina toda la historia del A. T. con sus promesas.
3)     Evangelio de la nueva práctica: que describe el obrar de Jesús y muestra cómo llegar a una nueva justicia, más grande que la de los fariseos.
Mateo, toca el punto de mayor tensión entre cristianos y judíos. Partiendo de la Biblia, ellos decían: "¡Jesús no es, no puede ser el Mesías!". Partiendo de la misma Biblia, Mateo responde afirmando: "¡Jesús es verdaderamente el Mesías!"

3. Una irregularidad legal en María (1,18): María aparece encinta antes de convivir con José, su prometido esposo. Quien observa las cosas desde fuera constata una irregularidad y dirá: "¡María, que horror! Según la ley de Moisés este error merecía la pena de muerte (Dt 22,20). Para evitar esta interpretación falsa de los hechos, Mateo ayuda al lector a ver el otro aspecto del embarazo de María: "Concibió por obra del Espíritu Santo". A los ojos humanos puede parecer una trasgresión a  la Ley, pero a los ojos de Dios era exactamente lo contrario.

4. La justicia de José (1,19): El embarazo de María sucede antes de que conviva con José, no por una desviación humana, sino por voluntad divina. Dios mismo se ha burlado de las leyes de la pureza legal en el modo que ha hecho nacer al Mesías en medio de nosotros. Si José hubiese obrado según las exigencias de la ley de la época, hubiera debido denunciar a María y posiblemente le hubieran arrojado piedras. El embarazo antes del matrimonio, según la ley de la pureza legal, debería ser castigado con la pena de muerte (Dt 22,20). Pero José, porque era justo, no obedece a las exigencias de las leyes de la pureza legal. Su justicia es mayor. En vez de denunciar, prefiere respetar el misterio que no entiende y decide abandonar a María en secreto. La justicia mayor de José salva la vida tanto de María como la de Jesús. Así, Mateo envía un aviso importante a las comunidades de  Palestina y Siria. Es como si dijera: "He aquí lo que hubiera sucedido, si se hubiera seguido la observancia rigurosa que ciertos fariseos exigen de ustedes. ¡Hubieran dado muerte al Mesías!” Más tarde Jesús dirá: "Si su justicia no supera la de los escribas y la de los fariseos, no entrarán en el reino de los cielos" (Mt 5,20).

5. La aclaración del ángel y los dos nombres del hijo de María (1,20-21): "El ángel del Señor" ayuda a descubrir la dimensión más profunda de la vida y de los sucesos. El ángel hace entender a José que el embarazo de María es fruto de la acción del Espíritu Santo. En María acontece la nueva creación. Es el principio del nuevo cielo y de la nueva tierra, anunciados por Isaías (Is 65,17). El hijo de María recibe dos nombres: Jesús y Emmanuel. Jesús significa "Yahvé salva". La salvación no viene por las cosas que nosotros hacemos por Dios, sino por las que Dios hace por nosotros. Emmanuel significa "Dios con nosotros". En la salida de Egipto, en el Éxodo, Dios baja junto al pueblo oprimido (Ex 3,8) y dice a Moisés: "Yo estaré contigo" (Ex 3,12) y desde aquel momento y después no abandona más a su pueblo. Los dos nombres, Jesús y Emmanuel, cumplen y superan la esperanza del pueblo.

6. La melodía del Evangelio de Mateo (1,22-23): "Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta". Esta frase y otras semejantes son como una melodía, palabras que se repiten muchas veces en el Evangelio de Mateo (Mt 1,23; 2,5.15.17.23; 4,14; 8,17; 13,14.35; etc.). Revela el objetivo que el autor tiene en la mente: confirmar a sus lectores de origen judío el hecho de que Jesús es verdaderamente el Mesías prometido. En Él se cumplen las profecías de los profetas.

Domingo 3° de Adviento



Mateo 11, 2-11


1. Oración Inicial: Señor Jesús, envíanos tu Espíritu Santo para comprender tu Palabra.  Guía nuestros pasos, orienta nuestro caminar, para que sigamos tu ejemplo abriendo los brazos a los demás y anunciando un Dios que se hace cercano para traernos la justicia y la paz. Queremos ser testigos para construir un mundo nuevo de Vida para toda la humanidad. AMÉN.  Cantar  «Espíritu Santo Ven, Ven».

2.  Lectura: ¿Qué dice el texto?
a. Introducción: Desde la cárcel Juan envía unos mensajeros para que interroguen a Jesús: "¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?" La pregunta recoge no sólo la inquietud de Juan, sino también las inquietudes e interrogantes de todos los que en Israel esperaron y siguen esperando al Mesías. El texto es, con mucha probabilidad, el reflejo de los primeros debates entre los cristianos y los discípulos de Juan Bautista, centrado sobre la naturaleza de la misión de Jesús. Esa pregunta puede ser también la nuestra.  Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.
b. Leer el texto: Mateo 11,2-11: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.
c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones.  Terminar cantando: «Tu Palabra me Da Vida».
d. ¿Qué dice el texto?
1)     Cada persona lee el versículo o parte del texto que le impresionó más.
2)     ¿Dónde se encuentra Juan?  ¿Qué noticias recibió de Jesús? ¿Qué manda a preguntarle?
3)     ¿Cómo responde Jesús a los mensajeros de Juan?
4)     Según Jesús: ¿Qué dice la Escritura con respecto a Juan y su misión?
5)     ¿Qué comparación hace Jesús entre Juan y la persona más pequeña en el Reino de los Cielos?

3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra vida.
a)   El Jesús que seguimos y el que anunciamos: ¿Es el verdadero Jesús del Evangelio, el            Jesús-imagen del Padre, o hemos más bien concebido a Jesús como juez?
b)  Pensando en la figura de Juan como hombre y como profeta: ¿Qué puntos comunes y qué puntos diversos tenemos con él? ¿Cómo preparamos hoy el camino del Señor?
c)     Jesús comunicó la Buena Noticia del Reino a través de palabras y gestos liberadores: ¿Cuáles son los signos del reino que demuestran nuestras obras hoy?
d)    A pesar de las dificultades e injusticias que enfrentamos cada día: ¿Somos capaces de sembrar esperanza y luchar con entusiasmo por un mundo mejor?  ¿Qué nos falta?
e)   Muchas personas viven sin esperanza o en tristeza: ¿Qué testimonio tenemos de la venida de Cristo  en nuestras vidas que pudiera llenarlas de fortaleza y de alegría?
f)     En un mundo de excluidos donde tanta gente  sufre: ¿Dónde nacería Jesús hoy?
g)   ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?

4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos en forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre nuestra vida. «Tú eres el Mesías, Señor».

5. Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto, volver la mirada al mundo y comprometernos con el Reino de Dios y su justicia: Compromiso: ¿Cómo podemos ayudar a los pobres de nuestra comunidad en estos días? Llevamos una "palabra". Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración donde volver a conversarla con el Señor.

6. Oración final: Padre bueno, te damos gracias por la Palabra de Vida que nos has comunicado hoy. Te pedimos que acrecientes nuestra esperanza, para que nunca desistamos del esfuerzo por crear un mundo en el que el amor  y la justicia sean posibles. Padre Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN.  
  
Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más

1. Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente pauta al iniciar cada encuentro:
a)    Compartir sobre lo que le pasó a la gente en su diario vivir durante la semana.
b)    ¿Cómo he experimentado a Jesús en lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c)    Qué he hecho esta semana para extender el Reino de Dios?

2.  "¿Eres tú… o tenemos que esperar a otro?" La pregunta recoge no sólo la inquietud de Juan, sino también las inquietudes e interrogantes de todos los que en Israel esperaron y siguen esperando al Mesías. A lo largo del tiempo se había tejido todo tipo de descripciones y características ideales sobre el Mesías, no sólo en cuanto al evento mismo de su llegada, sino en cuanto a su misma misión. Esto dio para que muchos se atribuyeran el título de mesías, propiciando desconcierto entre la gente. Muy seguramente en la mentalidad de Juan el Mesías debía ser ante el protagonista del "día de YHWH", del "día de la ira de Dios". La imagen de "el hacha en los árboles" que utiliza Juan, refleja esa expectativa o esa imagen "justiciera" que se tenía del Mesías, lo cual marca completamente la predicación de Juan. Con todo, la presencia de Jesús y el estilo de llevar adelante su misión, desconciertan a Juan y sus seguidores: ¿Dónde están esos signos de Jesús que hacen sentir el "día terrible de YHWH"? ¿No tenía que estar cortando de raíz el mal y los malhechores? Consideremos también en la pregunta de Juan, la situación de sus discípulos y de los discípulos de Jesús confrontados en la primera  época cristiana.
La respuesta de Jesús da a entender hasta qué punto él ha asimilado y en qué medida asume el compromiso mesiánico. Si nos fijamos bien, antes del relato que escuchamos hoy, están todos los presupuestos sobre las cuales Jesús fundamenta su misión. En el Cap. 4 nos encontramos con las alternativas más tentadoras que podían haber "facilitado" su misión, es lo que llamamos "las tentaciones de Jesús". Una vez hecho su discernimiento y haberse decidido por el camino que escogió, Jesús prefiere no estar solo; por eso se rodea de unos cuantos para que estén con él, para ir formándolos, para transmitirles poco a poco el espíritu de esta su misión. Pero lo que en el engranaje narrativo de Mateo representa el punto de arranque definitivo de la misión de Jesús es justamente el anuncio de su programa de vida como Mesías: es el discurso de la montaña; en él recoge Jesús lo específico de su tarea como enviado y a ese proyecto dedica su vida, cierto que de un modo diverso a la manera como Juan lo estaba anunciado y como el resto de la gente lo esperaba. Era lógico que Juan se inquietara.

3. Jesús es el Cristo: Las cosas que Juan Bautista ha escuchado decir de Jesús han creado en él cierta perplejidad, pero también han hecho nacer una esperanza. Le envía a dos de sus discípulos para indagar si Jesús es el Mesías (el Cristo) o si es necesario esperar a otro. La respuesta de Jesús se mueve al nivel de lo concreto y testimonial, los discípulos deben contar lo que han visto y oído. La pregunta sobre su identidad será respondida por sus obras; ellas corresponden a las anunciadas por Isaías 61,1-2 y 35,5-6, texto muy presente en los evangelios a propósito de la misión de Jesús. Todas ellas consisten en dar vida. Las obras en favor de los pobres y necesitados identifican a Jesús como el Mesías. El Hijo del hombre que no tiene donde reposar su cabeza vive en esas obras que expresan la irrupción del Reino de Dios en el tiempo presente. Reino destinado preferentemente a los pobres y a través de ellos a toda persona humana. Las curaciones de que habla nuestro texto de Mateo son anticipo y prenda de ese Reino.

4. Un testimonio de vida: El alivio del sufrimiento de unos cuantos pobres en el tiempo de Jesús es un signo. Signo de la promesa firme de que la buena nueva del reinado de Dios es anunciada a todos los pobres de la historia. Anuncio a través de palabras y gestos liberadores. El Evangelio es proclamado a los pobres por medio de acciones concretas: hacer ver, andar, oír, en una palabra dar vida. Jesús da el ejemplo en sus días para que entendamos que es mandato para todos sus seguidores a lo largo de la historia. Hoy también nuestros gestos de solidaridad ante el hambre y la pobreza de tantos en la humanidad deben comunicar que el Reino está entre nosotros. Las curaciones de Jesús dan pleno sentido a la buena nueva a los pobres prometida en Isaías y que ahora, ante los ojos de los discípulos de Juan, es cumplida por la acción mesiánica de Jesús. Lo han visto y oído, pero no es fácil entenderlo, por eso el texto termina con una bienaventuranza: "Dichoso el que no se escandalice de mí" (vs.6). Juan Bautista no se escandalizará al recibir el testimonio de sus discípulos, por eso Jesús lo elogia (vs.7-11), como él todos debemos ser mensajeros del Señor.

5. "Vayan y díganle a Juan lo que están viendo y oyendo". La respuesta de Jesús no se refiere a su persona, sino a lo que El hace: la gente comienza a ver, a andar, a quedar limpio de su marginación, a escuchar y, lo más importante, los pobres reciben la noticia de su liberación. Todo lo que los profetas anunciaban para el tiempo del Mesías. ¿Es necesario decir más? Si no entendemos eso, tenemos que releer la Biblia desde el comienzo hasta el fin, para comprender que el proyecto de Dios es libertad y vida para todos, comenzando por aquellos que no las tienen...

6.  A pesar de la grandeza de Juan, el menor de los discípulos de Jesús es mayor que él, porque Juan pertenecía al tiempo de la espera, mientras Jesús pertenece al tiempo de la realización.