Marcos 6,30-34
1. Oración Inicial: Espíritu de la Verdad, que procedes del Padre y del Hijo y que hablaste por los profetas: acude en nuestra ayuda y revélanos el sentido de las Escrituras. Te lo pedimos a ti con confianza. Tú, que eres Espíritu de Vida, haz que el texto bíblico se convierta para nosotros en Palabra viva y liberadora, que produzca en nosotros(as) la adhesión y el seguimiento de Jesús para la extensión del Reino de Dios. AMÉN. Cantar «Espíritu Santo Ven, Ven».
2. Lectura: ¿Qué dice el texto?
a. Introducción: El texto que meditaremos es breve. Sólo cinco versículos. Pero estos cinco versículos revelan una característica de Jesús que siempre ha llamado la atención y sigue llamando: su preocupación por la vida y formación de los discípulos, su humanidad acogedora hacia la gente pobre de Galilea, su ternura hacia las personas. Si el texto nos invita a reflexionar sobre estos aspectos de las actividades de Jesús es para animarnos a prolongar esta misma conducta de Jesús en nuestra relación con la gente. Durante su lectura prestaremos atención a los mínimos detalles del comportamiento de Jesús hacia los(as) demás. Abramos nuestros corazones a la Palabra de Dios.
b. Leer el texto: Mc 6,30-34: Leemos este texto de Marcos con mucha atención, tratando de descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Releerlo una segunda vez.
c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones... Terminar cantando: “Tu Palabra me Da Vida”.
d. ¿Qué dice el texto?
1) Cada persona lee el versículo que más te llamó la atención.
2) ¿Con quienes se encuentra Jesús? ¿De dónde venían y qué le contaron a Jesús?
3) ¿Cómo les responde Jesús? ¿Por qué?
4) ¿Qué sucede con la muchedumbre? ¿Cómo se reacciona Jesús a verla? ¿Por qué actúa de esta manera? ¿Qué hace con ellos(as)?
3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es conocer y profundizar el pasaje, reflexionarlo y aplicarlo a nuestra vida.
- ¿Cuál es el aspecto del comportamiento de Jesús que más te impresiona? ¿Por qué?
- ¿Qué nos enseña el texto sobre la misión del buen pastor?
- ¿Cómo es la situación que vive la gente hoy? ¿Qué significaría en concreto tener compasión?
- Jesús lo vivía todo desde la compasión. Era su manera de ser, su primera reacción ante las personas. No sabía mirar a nadie con indiferencia. No soportaba ver a las personas sufriendo. ¿Cómo dar hoy a nuestra comunidad y a toda la Iglesia un rostro más parecido al de Jesús?
- El comportamiento de nuestra comunidad: ¿Continúa la actitud y acción de Jesús?
4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos en forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre nuestra vida. «se compadeció de la muchedumbre, porque eran como ovejas sin pastor».
5. Contemplar a Dios, volver la mirada al mundo y comprometerse con el Reino de Dios y su justicia: Compromiso: Jesús el buen pastor nos pide ser buenos pastores con los demás. Ofrécele una actitud concreta para vivir en la semana, ¿cómo ser buen pastor en tu vida cotidiana? “Llevamos una “palabra”. No significa una palabra sola; puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta en todo momento y buscando un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración cotidiano donde volver a conversarla con el Señor.
6. Oración final: Dios, Padre nuestro, míranos con amor, pues somos hijos(as) tuyos, y aunque no siempre nos comportemos como los hermanos y hermanas que somos, no dejes nunca de guiarnos como buen pastor, para que transformemos nuestro corazón a semejanza del tuyo y seamos buenos pastores los unos de los otros. AMÉN. Padre Nuestro, que estás en el cielo…
Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más
1. Una división del texto para ayudarnos en su lectura:
- Marcos 6,30: Revisión de la obra apostólica.
- Marcos 6,31-32: Preocupación de Jesús por el descanso de los discípulos.
- Marcos 6,33: La gente tiene otros criterios y sigue a Jesús.
- Marcos 6,34: Movido a compasión, Jesús cambia su plan y acoge a la gente.
2. Comentario del texto:
La acogida dada a los discípulos (6,30-34): Estos versículos indican que Jesús formaba nuevos líderes. Comprometía a los discípulos en la misión y solía de pronto llevarlos a un lugar más tranquilo para poder descansar y hacer una revisión de vida. Se preocupaba de su alimentación y de su descanso, porque el trabajo de la misión era tal, que no tenían tiempo para comer. (6,31)
Movido a compasión, Jesús cambia su plan y acoge a la gente (6,33-34): La gente se dio cuenta que Jesús se ha ido a la otra orilla del lago y lo siguió. Cuando Jesús, descendiendo de la barca, vio aquella muchedumbre, renunció al descanso y comenzó a enseñar. Aquí aparece el abandono de la gente. Jesús queda conmovido, «porque eran como ovejas sin pastor». Quien lea estas palabras recordará el salmo del Buen Pastor (Sl 23). Cuando Jesús cae en la cuenta de que la gente no tiene pastor, comienza Él a serlo. Guía a la multitud en el desierto de la vida, y la muchedumbre podía cantar así: «El Señor es mi Pastor. Nada me falta».
4. «andaban como ovejas sin pastor»: Dice el texto de Marcos hoy que a Jesús «se compadeció» de la multitud porque «andaban como ovejas sin pastor». Los discípulos han llegado de su labor apostólica a contarle a Jesús todo lo que les había pasado, Jesús entonces los invita a descansar en un lugar apartado pero cuando llegan allí fue imposible porque una gran multitud ya estaba en el lugar esperándolos. Jesús comprendió que más urgente que comer y descansar era atender a la multitud. En la época de Jesús los jefes políticos y religiosos dispersaban cada vez más al pueblo. El régimen político, militar y económico impuesto por Roma era una carga que pesaba sobre el pueblo y que se hacía más gravosa porque había gente que le hacía el juego a los romanos, entre ellos los saduceos, que administraban el Templo. El rey y los cobradores de impuestos eran nombrados por Roma y las fuerzas militares romanas tenían su fortaleza junto al templo de Jerusalén. Esta situación además de oprimir ofendía la dignidad del pueblo. El régimen tributario era demasiado minucioso y había que cumplir con el diezmo para el templo. La situación económica era crítica. La sociedad se encontraba dividida y se atomizaba cada vez más tratando de buscar solución al problema del momento, unos creían en la fuerza de las armas, otros se aislaban y vivían en forma independiente. Se esperaba una irrupción de Dios que pusiera fin a esta situación y diera oportunidad al pueblo de Israel. Por otro lado después de la reconstrucción del templo al regresar del exilio, las leyes de purificación dominaron la religión judía hasta convertirla en un simple cumplimiento de normas, actitud con la cual Jesús no está de acuerdo porque se ha desligado totalmente de la vida haciendo falta la práctica de la justicia, del amor y de la misericordia. En una situación de éstas hay más desorientación y desconcierto en el pueblo, por eso Jesús es la alternativa de Dios en ese momento. Muchos se encuentran marginados del templo, han sido desplazados de allí por no cumplir con las normas rituales de purificación, cuando oyen hablar a Jesús se sienten identificados con su enseñanza y con su práctica, descubren que no están tan lejos de los caminos de Dios, encuentran en él al pastor que en vez de dispersar, congrega y reúne. Por eso, mientras los guías políticos y religiosos encuentran tiempo suficiente para descansar y comer, Jesús y los suyos tienen que inventar tiempo para satisfacer estas necesidades vitales. Marcos reconoce que Jesús, movido por la compasión de ver a la multitud que andaba como oveja sin pastor, se pone a enseñarles. Es la causa del Reino la que le consume su tiempo y su vida. Para esto ha venido, su pasión es el Reino. Sólo quien ha andado en la vida motivado por una Causa entiende estas actitudes de Jesús, y no siente hambre ni fatiga por andar haciendo lo que le gusta y motiva.
5. Jesús lo vivía todo desde la compasión. Era su manera de ser, su primera reacción ante las personas. No sabía mirar a nadie con indiferencia. No soportaba ver a las personas sufriendo. Era algo superior a sus fuerzas. Así fue recordado por las primeras generaciones cristianas. Pero los evangelistas dicen algo más. A Jesús no le conmueven sólo las personas concretas que encuentra en su camino: los enfermos que le buscan, los indeseables que se le acercan, los niños a los que nadie abraza. Siente compasión por la gente que vive desorientada y no tiene quien la guíe y alimente. Todavía hay entre nosotros(as) muchas, muchísimas «ovejas sin pastor».
No hay comentarios:
Publicar un comentario