1. Oración
Inicial:Padre Bueno,
envíanos tu Espíritu Santo. Concédenos escuchar con atención la Palabra,
comprenderla, gustarla y sentirla arder como un fuego dentro de nosotros(as). AMÉN. Cantar
«Espíritu Santo Ven, Ven».
2. Lectura:
¿Qué dice el texto?
a. Introducción: Leamos el texto en el que Lucas nos presenta a Jesús
que interpreta las Escrituras. Durante la lectura tratemos de descubrir cuáles
son los diversos pasos del proceso de interpretación seguido por Jesús, desde
el encuentro con sus discípulos en el camino hacia Emaús, hasta el reencuentro
de los discípulos con la comunidad de Jerusalén. Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de
Dios.
b. Leer el texto: Lucas
24,13-35: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de
descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad.
Leerlo una segunda vez.
c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio,
para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones. Terminar
cantando: «Tu Palabra me Da Vida».
d. ¿Qué dice el texto?
1) Cada persona lee el versículo o parte del texto que te
impresionó más.
2) ¿Con qué ánimo iban los peregrinos? ¿Por qué?
3 ¿Quién se acercó y qué les preguntó?
4) ¿Por qué usó Jesús las Escrituras en el hecho que
narra este texto?
5) ¿Qué sucedió con los discípulos mientras Jesús les
explicaba las escrituras?
6) ¿En qué momento lo reconocieron y qué hicieron
después?
3.
Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es
necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el
grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y
descubrir su sentido para nuestra vida.
a) ¿Cómo y dónde reconocemos hoy la presencia de Jesús en
nuestras vidas y nuestra historia?
b )¿Cuáles son las semejanzas y cuáles las diferencias
entre la situación de los dos discípulos y nuestra situación actual?
c) ¿Cuáles son hoy los factores que ponen en crisis
nuestra fe y nos causan tristeza?
d) En la vida de los dos discípulos: ¿Cuál fue el
resultado de la lectura de la Biblia hecha por Jesús?
e) ¿En qué puntos la interpretación hecha por Jesús
critica nuestra manera de leer la Biblia y en qué puntos la confirma?
f) ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y
qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?
4. Oración:
¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos en
forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre
nuestra vida. « De veras ha
resucitado el Señor».
5.
Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto, volver la mirada al mundo
y comprometernos con el Reino de Dios y su justicia:Compromiso: Intentar
reconocer a Cristo “en” y “con” nosotros(as). Llevamos una "palabra". Puede ser
un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y buscar un
momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración donde volver a
conversarla con el Señor.
6. Oración
final:Señor Jesús
que estás vivo en medio de nosotros(as). No tardes más y escucha el grito de
los pobres que te miran para obtener la salvación, justicia y paz. Danos ojos
limpios y un corazón puro para saber discernir tu presencia activa y fecunda en
los acontecimientos de nuestro “hoy”
que se nos presenta tan gris y falto de rayos de esperanza. Padre Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN.
Para Las
Personas Que Quieran Profundizar Más
1.
Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente pauta al iniciar cada
encuentro:
a) Compartir
sobre lo que le pasó a la gente en su diario vivir durante la semana.
b) ¿Cómo he
experimentado a Jesús en lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c) ¿Qué he
hecho esta semana para extender el Reino de Dios?
2. El modo
como Lucas narra el encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús, nos indica
la forma como las comunidades del tiempo de Lucas usaban la Biblia y hacían lo
que hoy llamamos Lectura Orante de la Biblia. Tres son los aspectos o los pasos
que caracterizaban el proceso de interpretación de la Escritura:
a) Tener
presente la realidad (24,13-24): Jesús encuentra a los dos amigos en una
situación de miedo y dispersión, de desconfianza y de turbación. Estaban
huyendo. Las fuerzas de la muerte, la cruz, habían matado en ellos la
esperanza. Jesús se acerca y camina con ellos, escucha la conversación y
pregunta: "¿De qué están hablando?" La
ideología dominante les impide entender y el tener una conciencia crítica: "Nosotros esperábamos que el fuese el liberador,
pero…" (24,21). Su
fe sólo alcanzaba a ver en Jesús a un profeta de Dios. Su tristeza expresa el
fracaso de sus expectativas mesiánicas. La cruz era para ellos el fin de toda
esperanza. ¿Cuál es hoy la conversación del pueblo que sufre? ¿Cuáles son hoy
los hechos que ponen en crisis nuestra fe? Este paso es importante: acercarte a
las personas, escuchar la realidad, los problemas, ser capaces de hacer
preguntas que ayuden a mirar la realidad con una mirada más crítica.
b) Leer el
Texto Bíblico (24,25-27): El propio Jesús muestra que el camino para entender su
persona y actividad es la lectura de la Biblia. Mostrando todo lo que en la
Biblia se refiere a Él, no es para dar una lección sobre la Biblia, sino para
iluminar el problema que hacía sufrir a sus dos amigos y luego clarificar la
situación que estaban viviendo. Con la ayuda de la Biblia, Jesús coloca a los
dos discípulos en el proyecto de Dios y les indica que la historia no se escapa
de la mano de Dios. Jesús no usa la Biblia como un doctor que ya lo sabe todo,
sino como un compañero que quiere ayudar a sus amigos a recordar lo que ellos
habían olvidado: Moisés y los Profetas. En el tiempo de la Iglesia, los
discípulos de Jesús han de abandonar la idea de un Mesías poderoso y
nacionalista (24,19.21) para creer en un Mesías que por el sufrimiento entra en
la gloria 24,26). Lucas es el único autor del Nuevo Testamento que habla
explícitamente del Mesías sufriente (24,46; Hch 3,18; 17,3; 26,23). Así, con la
ayuda de la Biblia, se ilumina la situación y se transforma la cruz, señal de
muerte, en señal de vida y esperanza. Así lo que impide ver, se convierte en
luz y fuerza a lo largo del camino. Nos muestra aquí que las primeras
comunidades fueron descubriendo el sentido de la vida de Jesús gracias a la
lectura de la Biblia. La Palabra de Dios en la Biblia es, por tanto, un lugar
claro donde se manifiesta la presencia de Jesús resucitado. Es en la lectura
comunitaria de la Biblia (aquí es una comunidad de tres) donde las personas
encuentran al Jesús que da sentido a la vida.
c) Celebrar
y Compartir en Comunidad (24,28-32): La Biblia, por sí sola, no abre los ojos,
pero ¡hace arder el corazón! (Lc 24,32). Lo que abre los ojos y hace descubrir
a los amigos la presencia de Jesús, es el compartir el pan, el gesto
comunitario. Las palabras con las que se describe este último gesto nos evocan
la Eucaristía de la Iglesia primitiva. Jesús hace los mismos gestos que había
realizado en la última Cena Pascual con los discípulos (22,19): toma el pan, lo
bendice, lo parte y lo entrega. En este momento ellos lo reconocen. En el
momento en que es reconocido, Jesús desaparece. Y ellos mismos experimentan la
resurrección, renacen y caminan solos. Jesús no se apropia del camino de sus
amigos. No es paternalista. Resucitados, los discípulos son capaces de caminar
por sus pies. Este paso consiste en: saber crear un ambiente orante de fe y
fraternidad, donde el Espíritu pueda obrar. Es el Espíritu el que hace
descubrir y experimentar la palabra de Dios en la vida y nos lleva a entender
el sentido de las palabras que Jesús dice (Jn 14,26; 16,13). Y es sobre todo en
este punto de la celebración, en el que la práctica de las comunidades
eclesiales de base, sostenidas por las esparcidas por el mundo, nos ayudan a
nosotros(as) a encontrar de nuevo el antiguo pozo de la Tradición para beber su
agua.
3. El
objetivo: Resucitar y regresar de nuevo a Jerusalén; ser testigos y
constructores del Reino (24,33-35). Todo ha cambiado en los dos discípulos.
Ellos mismos resucitan, se animan y regresan a Jerusalén, donde continúan
estando activas las fuerzas de muerte que mataron a Jesús, pero en donde se
manifiestan también las fuerzas de la vida en el compartir la experiencia de la
resurrección. Valor en lugar de miedo. Fe en vez de ausencia. Esperanza en vez
de desesperación. Conciencia crítica, en vez de fatalismo ante el poder.
Libertad en vez de opresión. En una palabra: ¡Vida en vez de muerte! Y en lugar
de la noticia de la muerte de Jesús, ¡la Buena Noticia de la Resurrección!
Quiere así este relato responder también a una pregunta que se hacían los
miembros de la comunidad lucana y que es todavía pertinente. Si Jesús ha
resucitado y está vivo, ¿Dónde podemos encontrarlo? En realidad, los que
caminaban por el camino de Emaús eran las comunidades de Lucas (y las nuestras
hoy). Cada uno y cada una somos el compañero o la compañera de Cleofás (24,18).
Junto a él, transitamos por los caminos de la vida, buscando una palabra de
apoyo, de esperanza y orientación en la Palabra de Dios.
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