Mateo
3,13-17
1.
Oración Inicial: Padre
Bueno, envíanos tu Espíritu Santo. Concédenos escuchar con atención la Palabra,
comprenderla, gustarla y sentirla arder como un fuego dentro de
nosotros(as). AMÉN. Cantar
«Espíritu Santo Ven, Ven».
2. Lectura: ¿Qué dice el texto?
a. Introducción: El texto de hoy forma parte de la sección narrativa
del evangelista Mateo, la que introduce a la vida pública de Jesús. Después de
la huida a Egipto, Jesús vive en Nazaret. Ya adulto, lo encontramos aquí, a las
orillas del río Jordán. Se trata de la parte conclusiva del pasaje dedicado a
Juan Bautista, el encuentro de los dos. Nuestro pasaje está centrado en
particular sobre el reconocimiento de la divinidad de Cristo en el momento de
su bautismo. Dios Padre revela quien es Jesús. Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de
Dios.
b. Leer el texto: Mateo
3,13-17: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir
el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una
segunda vez.
c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio,
para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones. Terminar cantando: «Tu Palabra me Da Vida».
d. ¿Qué dice el texto?
1) Cada
persona lee el versículo o parte del texto que le impresionó más.
2) ¿Cómo
reacciona Juan cuando Jesús se presenta a bautizarse?
3) ¿Qué le
responde Jesús?
4) ¿Qué
sucedió cuando Jesús fue bautizado y sale del agua? ¿Qué dice la voz del cielo?
¿Qué revela sobre la identidad de Jesús?
3.
Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es
necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el
grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y
descubrir su sentido para nuestra vida.
a) Para
nosotros(as): ¿Qué sentido tiene el bautismo cristiano?
b) Jesús dice: "Conviene
que cumplamos toda justicia…". No es tan sólo Él quien debe cumplir esa justicia.
El verbo en plural quiere decir que también Juan debe formar parte de ese programa
y, con Juan, todos nosotros(as) que nos llamamos seguidores de Jesús. ¿Cuál es
la justicia que Dios quiere? ¿Falta mucho para que lleguemos hasta ella? ¿Qué
podemos hacer?
c) Como cristianos(as), hemos sido bautizados y hemos
recibido el mismo Espíritu que Jesús recibió para cumplir su misión: ¿Qué nos
falta para aceptar el compromiso de nuestro bautismo? ¿Ponemos nuestras vidas
al servicio de la justicia que Dios quiere? ¿Qué es lo que nos impide actuar
con más decisión?
d) ¿Qué disculpas usamos para no aceptar el compromiso
asumido en nuestro bautismo?
e) ¿Cuál es
el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para
que se haga realidad?
4.
Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos
en forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y
sobre nuestra vida. « Este es
mi Hijo amado, a quien he elegido».
5.
Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto, volver la mirada al mundo
y comprometernos con el Reino de Dios y su justicia: Compromiso:
Encender
una luz esta semana en medio de las tinieblas. Llevamos
una "palabra". Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla
en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de
oración donde volver a conversarla con el Señor.
6.
Oración final: Dios
Padre nuestro, que en el bautismo de Jesús lo has proclamado como tú "Hijo muy amado, el predilecto"; te
suplicamos nos cobijes bajo su nombre y nos concedas conformarnos cada día más
cercanamente a su imagen, haciendo nuestra su Causa y prosiguiendo su misión de
ser "luz de las naciones" y
de "implantar el Derecho en la
tierra". Padre Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN.
Para Las Personas Que Quieran
Profundizar Más
1. Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente
pauta al iniciar cada encuentro:
a) Compartir sobre lo que le pasó a
la gente en su diario vivir durante la semana.
b) ¿Cómo he experimentado a Jesús en
lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c) ¿Qué he hecho esta semana para
extender el Reino de Dios?
2. Llamado para la justicia: Mateo conserva la riqueza y la
complejidad de la palabra justicia en la Biblia. La justicia es obra de Dios y
por eso mismo ha de ser predicada por quienes creen en él. Ella implica
relación con el Señor, es decir santidad; y a la vez relación entre los seres
humanos: reconocimiento de los derechos de cada uno, en especial de los
indefensos y maltratados, es decir justicia social. La justicia significa pues
ambas cosas: amor a Dios y amor al prójimo, indisolublemente unidos. Cumplir la
justicia supone buscar el Reino y la justicia por encima de todo (6,33). Ese es
el programa que nos plantea Mateo desde las primeras palabras de Jesús en su
evangelio.
Jesús asocia a Juan Bautista en el cumplimiento de la justicia. En ese
gesto nosotros somos también incorporados a la tarea. El cometido es urgente en
un continente marcado por la injusticia como es América Latina, pero para que
sea realmente fecundo en la perspectiva del Reino debe ser llevado a cabo
teniendo en cuenta la otra dimensión de la justicia: la santidad.
3. En el texto de Mateo sobre el
bautismo, es
original la negación de Juan a bautizar a Jesús y la respuesta de éste cuando
señala: "conviene que cumplamos así
toda justicia". Mucho se ha discutido esta expresión, especialmente
"toda justicia", y no podemos olvidar las intenciones particulares de
la teología de Mateo sobre este concepto de justicia. ¿Se quería decir que
Jesús, a diferencia de los que venían al bautismo de Juan, no lo necesitaba?
Esa es la tesis más común en la interpretación, pero no debemos exagerar este
aspecto. Por lo tanto, la intención en este caso es que Jesús quiere ser
solidario con el pueblo y ve en las palabras del Bautista el anuncio de un tiempo
nuevo que exige cambio de mentalidad, conversión, para dejar que el tiempo
nuevo de Dios transforme la historia y la misma vida religiosa del pueblo.
Jesús, pues, acepta ser bautizado porque quiere participar con el pueblo en
este nuevo momento, del que él personalmente, por la fuerza del Espíritu, ha de
ser protagonista.
4. "Este es mi hijo amado en quien me complazco". Esta sencilla frase contiene
muchas alusiones a textos del Antiguo Testamento, todos muy importantes para
que comprendamos el significado de la persona y de la misión de Jesús. En
primer lugar el Salmo 2,7; "Tú eres
mi hijo". Jesús es el hijo de Dios, y en esa perspectiva es como
debemos comprender todo lo que El dice y hace. El Salmo 2 celebraba al Rey
justo del pueblo de Dios. Jesús es ese Rey justo. Pero el texto continúa. El
"hijo amado" recuerda Gn 22,2, cuando Dios pide que Abraham
sacrifique a su hijo único. También Jesús es el Hijo único y amado de Dios, que
será sacrificado por el bien de todos. En la lucha por la justicia Jesús tendrá
que entregar su propia vida. "En
quien me complazco", por otra parte, recuerda a Is 42,1, cuando el
profeta habla del Siervo de Dios que tendría la misión de liberar a todos. En
síntesis, Jesús es el Hijo de Dios, el Rey justo que será sacrificado para
realizar la justicia que Dios quiere, en favor de toda la humanidad.
5. También nosotros(as) hemos
sido bautizados. Como cristianos(as), también nosotros hemos sido bautizados y hemos
recibido el mismo Espíritu que El recibió para cumplir su misión. Nos
disculpamos muchas veces, diciendo que Jesús era Jesús, el Hijo de Dios. Ahora,
también nosotros somos hijos(as) de Dios. ¿O pensamos que Jesús tenía poderes
especiales para hacer lo que hizo? Pues bien, el que le daba ese poder era el
Espíritu de Dios. Y también nosotros recibimos ese Espíritu. Lo que nos falta
en general es que aceptemos el compromiso de nuestro bautismo, llevarlo en
serio, y colocarnos al servicio de la justicia que Dios quiere. ¿Qué es lo que
nos impide actuar? ¿No será nuestra comodidad, que muchas veces prefiere
quedarse en las dulzuras del cielo, en lugar de encarnarnos en la tierra, para
enfrentar la lucha que transformará el mundo y la historia en un cielo nuevo y
una tierra nueva? El Hijo de Dios se encarnó... ¿Por qué no hacemos lo mismo?
6. Es el Espíritu que ha de
recibir Jesús el que inicia una nueva época. En Mateo, el bautismo pasa a segundo término y
todo tiene el sentido de la "unción
profética por medio del Espíritu". Quiere mostrar que no ha de llegar
el momento nuevo por bautismos penitenciales; lo nuevo es la era del Espíritu,
que viene sobre Jesús y ha de comunicar y trasmitir a todo el pueblo. El
Bautismo de Jesús, pues, se enmarca en el movimiento de Juan el Bautista que
llamaba a su pueblo al Jordán para comenzar, por la penitencia y el perdón de
los pecados, una era nueva donde fuera posible volver a tener conciencia e
identidad de pueblo de Dios. Jesús quiso participar en ese movimiento por
solidaridad con la humanidad. Es verdad que los relatos evangélicos van a tener
mucho cuidado de mostrar que ese acto del bautismo va a servir para que se
rompa el silencio de Nazaret y todo el pueblo pueda escuchar que Él no es un
pecador más que viene a hacer penitencia. Pero no es la penitencia y los
símbolos viejos los que cambian el horizonte de la historia y de la humanidad,
sino el que dejemos que Dios sea verdaderamente el Señor de nuestra vida.
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