20 ene 2014

Domingo 1: El Bautismo del Señor



Mateo 3,13-17

1. Oración Inicial: Padre Bueno, envíanos tu Espíritu Santo. Concédenos escuchar con atención la Palabra, comprenderla, gustarla y sentirla arder como un fuego dentro de nosotros(as).  AMÉN.  Cantar  «Espíritu Santo Ven, Ven».

2.  Lectura: ¿Qué dice el texto?
a. Introducción: El texto de hoy forma parte de la sección narrativa del evangelista Mateo, la que introduce a la vida pública de Jesús. Después de la huida a Egipto, Jesús vive en Nazaret. Ya adulto, lo encontramos aquí, a las orillas del río Jordán. Se trata de la parte conclusiva del pasaje dedicado a Juan Bautista, el encuentro de los dos. Nuestro pasaje está centrado en particular sobre el reconocimiento de la divinidad de Cristo en el momento de su bautismo. Dios Padre revela quien es Jesús. Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.
b. Leer el texto: Mateo 3,13-17: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.
c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones.  Terminar cantando: «Tu Palabra me Da Vida».
d. ¿Qué dice el texto?
1)     Cada persona lee el versículo o parte del texto que le impresionó más.
2)     ¿Cómo reacciona Juan cuando Jesús se presenta a bautizarse?
3)     ¿Qué le responde Jesús?
4)     ¿Qué sucedió cuando Jesús fue bautizado y sale del agua? ¿Qué dice la voz del cielo? ¿Qué revela sobre la identidad de Jesús?

3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra vida.
a)     Para nosotros(as): ¿Qué sentido tiene el bautismo cristiano?
b)  Jesús dice: "Conviene que cumplamos toda justicia…". No es tan sólo Él quien debe cumplir esa justicia. El verbo en plural quiere decir que también Juan debe formar parte de ese programa y, con Juan, todos nosotros(as) que nos llamamos seguidores de Jesús. ¿Cuál es la justicia que Dios quiere? ¿Falta mucho para que lleguemos hasta ella? ¿Qué podemos hacer?
c)   Como cristianos(as), hemos sido bautizados y hemos recibido el mismo Espíritu que Jesús recibió para cumplir su misión: ¿Qué nos falta para aceptar el compromiso de nuestro bautismo? ¿Ponemos nuestras vidas al servicio de la justicia que Dios quiere? ¿Qué es lo que nos impide actuar con más decisión?
d)    ¿Qué disculpas usamos para no aceptar el compromiso asumido en nuestro bautismo?
e)     ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?

4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos en forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre nuestra vida. « Este es mi Hijo amado, a quien he elegido».

5. Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto, volver la mirada al mundo y comprometernos con el Reino de Dios y su justicia: Compromiso: Encender una luz esta semana en medio de las tinieblas. Llevamos una "palabra". Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración donde volver a conversarla con el Señor.

6. Oración final: Dios Padre nuestro, que en el bautismo de Jesús lo has proclamado como tú "Hijo muy amado, el predilecto"; te suplicamos nos cobijes bajo su nombre y nos concedas conformarnos cada día más cercanamente a su imagen, haciendo nuestra su Causa y prosiguiendo su misión de ser "luz de las naciones" y de "implantar el Derecho en la tierra".  Padre Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN.  


Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más
1. Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente pauta al iniciar cada encuentro:
a)    Compartir sobre lo que le pasó a la gente en su diario vivir durante la semana.
b)    ¿Cómo he experimentado a Jesús en lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c)    ¿Qué he hecho esta semana para extender el Reino de Dios?

2. Llamado para la justicia: Mateo conserva la riqueza y la complejidad de la palabra justicia en la Biblia. La justicia es obra de Dios y por eso mismo ha de ser predicada por quienes creen en él. Ella implica relación con el Señor, es decir santidad; y a la vez relación entre los seres humanos: reconocimiento de los derechos de cada uno, en especial de los indefensos y maltratados, es decir justicia social. La justicia significa pues ambas cosas: amor a Dios y amor al prójimo, indisolublemente unidos. Cumplir la justicia supone buscar el Reino y la justicia por encima de todo (6,33). Ese es el programa que nos plantea Mateo desde las primeras palabras de Jesús en su evangelio.
Jesús asocia a Juan Bautista en el cumplimiento de la justicia. En ese gesto nosotros somos también incorporados a la tarea. El cometido es urgente en un continente marcado por la injusticia como es América Latina, pero para que sea realmente fecundo en la perspectiva del Reino debe ser llevado a cabo teniendo en cuenta la otra dimensión de la justicia: la santidad.

3. En el texto de Mateo sobre el bautismo, es original la negación de Juan a bautizar a Jesús y la respuesta de éste cuando señala: "conviene que cumplamos así toda justicia". Mucho se ha discutido esta expresión, especialmente "toda justicia", y no podemos olvidar las intenciones particulares de la teología de Mateo sobre este concepto de justicia. ¿Se quería decir que Jesús, a diferencia de los que venían al bautismo de Juan, no lo necesitaba? Esa es la tesis más común en la interpretación, pero no debemos exagerar este aspecto. Por lo tanto, la intención en este caso es que Jesús quiere ser solidario con el pueblo y ve en las palabras del Bautista el anuncio de un tiempo nuevo que exige cambio de mentalidad, conversión, para dejar que el tiempo nuevo de Dios transforme la historia y la misma vida religiosa del pueblo. Jesús, pues, acepta ser bautizado porque quiere participar con el pueblo en este nuevo momento, del que él personalmente, por la fuerza del Espíritu, ha de ser protagonista.

4. "Este es mi hijo amado en quien me complazco". Esta sencilla frase contiene muchas alusiones a textos del Antiguo Testamento, todos muy importantes para que comprendamos el significado de la persona y de la misión de Jesús. En primer lugar el Salmo 2,7; "Tú eres mi hijo". Jesús es el hijo de Dios, y en esa perspectiva es como debemos comprender todo lo que El dice y hace. El Salmo 2 celebraba al Rey justo del pueblo de Dios. Jesús es ese Rey justo. Pero el texto continúa. El "hijo amado" recuerda Gn 22,2, cuando Dios pide que Abraham sacrifique a su hijo único. También Jesús es el Hijo único y amado de Dios, que será sacrificado por el bien de todos. En la lucha por la justicia Jesús tendrá que entregar su propia vida. "En quien me complazco", por otra parte, recuerda a Is 42,1, cuando el profeta habla del Siervo de Dios que tendría la misión de liberar a todos. En síntesis, Jesús es el Hijo de Dios, el Rey justo que será sacrificado para realizar la justicia que Dios quiere, en favor de toda la humanidad.

5. También nosotros(as) hemos sido bautizados. Como cristianos(as), también nosotros hemos sido bautizados y hemos recibido el mismo Espíritu que El recibió para cumplir su misión. Nos disculpamos muchas veces, diciendo que Jesús era Jesús, el Hijo de Dios. Ahora, también nosotros somos hijos(as) de Dios. ¿O pensamos que Jesús tenía poderes especiales para hacer lo que hizo? Pues bien, el que le daba ese poder era el Espíritu de Dios. Y también nosotros recibimos ese Espíritu. Lo que nos falta en general es que aceptemos el compromiso de nuestro bautismo, llevarlo en serio, y colocarnos al servicio de la justicia que Dios quiere. ¿Qué es lo que nos impide actuar? ¿No será nuestra comodidad, que muchas veces prefiere quedarse en las dulzuras del cielo, en lugar de encarnarnos en la tierra, para enfrentar la lucha que transformará el mundo y la historia en un cielo nuevo y una tierra nueva? El Hijo de Dios se encarnó... ¿Por qué no hacemos lo mismo?

6. Es el Espíritu que ha de recibir Jesús el que inicia una nueva época. En Mateo, el bautismo pasa a segundo término y todo tiene el sentido de la "unción profética por medio del Espíritu". Quiere mostrar que no ha de llegar el momento nuevo por bautismos penitenciales; lo nuevo es la era del Espíritu, que viene sobre Jesús y ha de comunicar y trasmitir a todo el pueblo. El Bautismo de Jesús, pues, se enmarca en el movimiento de Juan el Bautista que llamaba a su pueblo al Jordán para comenzar, por la penitencia y el perdón de los pecados, una era nueva donde fuera posible volver a tener conciencia e identidad de pueblo de Dios. Jesús quiso participar en ese movimiento por solidaridad con la humanidad. Es verdad que los relatos evangélicos van a tener mucho cuidado de mostrar que ese acto del bautismo va a servir para que se rompa el silencio de Nazaret y todo el pueblo pueda escuchar que Él no es un pecador más que viene a hacer penitencia. Pero no es la penitencia y los símbolos viejos los que cambian el horizonte de la historia y de la humanidad, sino el que dejemos que Dios sea verdaderamente el Señor de nuestra vida.

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