Juan 21,1-19
1. Oración Inicial: Envíanos Padre
bueno tu Espíritu Santo, para que podamos acoger a tu Hijo que pasa por nuestra
historia y así reconocerlo como nuestro hermano y maestro; como él que ofrece
la vida por la humanidad. Danos un corazón abierto para escuchar y comprender
tu Palabra y haznos siempre dispuestos para colaborar en la construcción de tu
Reino. AMEN. Cantar, "Espíritu
Santo Ven".
2. Lectura: ¿Qué dice el texto?
a. Introducción: En el texto de
hoy, Jesús Resucitado se presenta a los apóstoles junto al lago Tiberíades. En el evangelio de Juan nos había hablado ya de dos manifestaciones
del Jesús resucitado. La primera a María Magdalena y la segunda a los
discípulos encerrados por miedo a los dirigentes de los judíos. Tras el
supuesto fracaso del Maestro, los discípulos habían vuelto a su oficio de
siempre. Y allí Dios les manifiesta su poder y su gloria, a través del símbolo
de la pesca y de la comida. Abramos nuestros corazones a escuchar
la Palabra de Dios.
b. Leer el texto: Juan 21,1-19: Hacer
una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje de fe
que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez..
c. Un momento de silencio orante: Hacemos un
tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones.
Terminar cantando: “Tu Palabra me Da Vida”.
d. ¿Qué dice el texto?
1) Cada persona
lee el versículo o parte del texto que te impresionó más.
2) ¿Dónde se encuentran los discípulos? ¿Qué están haciendo?
3) ¿Quién es el primero en reconocer al Señor?
4) ¿Qué pregunta Jesús tres veces a Pedro? ¿Por qué piensa
que Pedro se puso triste?
5) Finalmente, ¿Qué le dice a Pedro?
a) En nuestras vidas hoy, ¿Cómo se nos hace presente Jesús y
nos acompaña?
b) Jesús
comió con sus discípulos una comida. ¿Cuál es la cena a que nos invita Jesús
para hacer memoria de su muerte y su Resurrección? ¿Qué importancia tiene en tu
vida?
c) Jesús nos dice, “Sígueme”. ¿Quiero
responder a su llamada y quiero seguirlo, a donde Él me lleve; cada día, en las
cosas pequeñas?
d) ¿Me amas?: ¿Qué
responderíamos a esta pregunta de Jesús?
e) “Apacienta mis ovejas…”: ¿Aceptamos la
misión que el Señor nos confía? ¿Qué desafíos se nos presenta? ¿Qué actitudes hay que vivir hoy para anunciar a Jesús?
f) ¿Cuál es el
mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para
que se haga realidad?
6. Oración final: Reunidos(as)
en tu nombre Señor, te pedimos que por la fe, sintamos siempre en medio de la comunidad la presencia de Jesús resucitado, que parte para
nosotros(as) el pan y el vino y nos explica las Escrituras para fortalecer
nuestras vidas y renovar nuestra alegría. Queremos seguir tus pasos Señor,
construyendo el Reino, compartiendo tu presencia, trabajando por la justicia y
anunciando la paz. Seguiremos tus pasos, Señor, contra la injusticia, la
violencia y la muerte, porque descubrimos en ti al Dios de la Vida verdadera,
de la Esperanza y la Paz. Padre Nuestro,
que estás en el cielo… AMÉN.
Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más
a) Compartir sobre
lo que le pasó a la gente en su diario vivir durante la semana.
b) ¿Cómo he
experimentado a Jesús en lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c) ¿Qué he hecho
esta semana para extender el Reino de Dios?
2. Vengan y coman:
Esta vez Jesús se presenta a los discípulos que han retomado su trabajo diario,
la pesca. Juan hace ver que el Señor no es reconocido en el primer contacto, su
Resurrección no aparece como algo obvio para sus discípulos. Pero Jesús está
ahí, su cuerpo lleva las huellas de la muerte a la que fue sometido, se hace
presente para revelar que la vida vence la muerte. Por eso los invita a comer
(vs.12), compartir una comida expresa vida y fraternidad. Para hacer memoria de
su muerte y su Resurrección pidió, también, poco antes de ser apresado y
crucificado, a sus seguidores que se reunieran en una cena, en la eucaristía.
La ausencia del alimento al que toda persona tiene derecho va contra el mensaje
de vida plena que nos trae la Resurrección del Señor. El diálogo con Pedro
coloca en un contexto afectuoso el encargo de apacentar a las ovejas
(vs.15-19). Las tres preguntas buscan borrar, desde la raíz, las tres
negaciones de Pedro (18,1 5-1 8). Esta vez, arrepentido, el discípulo afirma su
lealtad y amor. La condición para realizar debidamente la tarea pastoral es
amar al Señor. Ella debe ser hecha igualmente con amor por "las
ovejas", es decir con respeto por ellas, con interés por sus propias
preocupaciones y necesidades. El trabajo pastoral es un diálogo, no una
imposición de quien todo lo sabe y lo puede. De otro modo no revelaremos al
Dios que nos ama y quiere ser amado.
5. La pesca
milagrosa simboliza la misión de Iglesia. Así se deduce de una
serie de rasgos como la unión del signo con el discurso: Pedro es el pastor de
la Iglesia universal; en a el discípulo amado tiene su propio carisma. La
aparición del Resucitado es presentada sobre el andamiaje de una pesca
milagrosa, que ilumina la promesa que había hecho Jesús a sus discípulos en el
momento de vocación: os haré pescadores de personas (Mc 17; Lc 5,1-11). La
resurrección de Jesús es la que hizo posible la existencia de la comunidad y
la misión que le es encomendada. Se afirma, además, que el éxito de la misión
cristiana no depende del esfuerzo humano, sino la presencia viva del Señor en
ella.
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