Juan 11,1-45
1. Oración Inicial: Espíritu de la Verdad, acude en nuestra ayuda y revélanos el sentido de
las Escrituras que hoy vamos a leer. Que el texto bíblico se convierta en
Palabra viva y liberadora que produzca en nosotros(as) la adhesión y el
seguimiento de Jesús para la extensión del Reino de Dios. AMÉN.
Cantar «Espíritu Santo Ven, Ven».
2. Lectura: ¿Qué dice el texto?
a. Introducción: Leamos hoy el texto que describe la resurrección de Lázaro. Durante la
lectura, tratan de seguir al grupo, los discípulos, hombres y mujeres que
siguen a Jesús desde la Galilea hasta Betania. Debes seguir con atención todo
cuanto acontece, desde el momento del anuncio de la enfermedad del hermano que
Marta y María han enviado a Jesús que se encuentra en Galilea, hasta la
resurrección de Lázaro. Abramos nuestros
corazones a escuchar la Palabra de Dios.
b. Leer el texto: Juan
11,1-45: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de
descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad.
Leerlo una segunda vez.
c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio,
para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones. Terminar cantando: «Tu Palabra me Da Vida».
d. ¿Qué dice el texto?
1)
Cada persona
lee el versículo o parte del texto que te impresionó más.
2)
¿Qué
personajes aparecen en el texto? ¿Qué palabras y gestos nos hablan en el texto
del amor que había entre aquellas personas?
3)
¿Cuál es el
comportamiento de los discípulos? ¿Qué dicen y qué hacen?
4)
¿Cómo se
comportan Marta y María? ¿Qué dicen y qué hacen?
5)
¿Cómo
reacciona Jesús ante la muerte de su amigo? ¿Qué hace?
6)
¿Cuál fue la
actitud de los judíos de Judea con Jesús? ¿Y después de resucitar a Lázaro?
3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es
necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el
grupo. Lo importante es conocer y
profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra vida.
a. Cuando
estamos en el fondo del pozo, deprimidos, necesitamos el apoyo, el amor y la
solidaridad de las personas amigas. Necesitamos que alguien nos diga con amor: "¡Levántate!". Necesitamos un
amor que actúa, como el amor de Jesús por Lázaro, Marta y María. ¿Cómo nos
ayudamos en nuestra comunidad unos a otros en los momentos difíciles? ¿Cómo
cultivamos el verdadero amor entre nosotros(as)?
b. ¿Qué
actitudes aprendemos de Marta y María y qué rasgos de discípulas encontramos en
ellas?
c. La amistad
entrañable de Jesús con Lázaro, el hecho que llora y que se hospeda en su casa
revela rasgos tan humanos de Jesús. Comentar. ¿Qué importancia tiene para
nosotros(as)?
d. ¿Cómo
resucita Lázaro hoy dando vida nueva a los pobres y excluidos?
e. ¿Cuál
es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto
para que se haga realidad?
4. Oración: ¿Qué le
decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Hacer
oraciones dirigidas directamente al Señor. Dirigirse al Padre, a Jesús o al
Espíritu Santo. Hablar con él, contarle, decirle lo
que uno quiere o siente. “Padre, te doy
gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas”.
5.
Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto, volver la mirada al mundo
y comprometernos con el Reino de Dios y su justicia: Compromiso: Rezar por
una persona conocida, un pariente o un amigo(a) ya fallecido. Llevamos una
“palabra”: Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla
en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de
oración donde volver a conversarla con el Señor.
6. Oración final: Señor, danos una vida nueva. Desatan las
actitudes y situaciones de pecado que nos amarran. Ayúdanos a cambiar para
caminar en tus huellas y ser instrumentos de su amor, de su justicia y de su
paz, en nuestras familias, comunidades, ambientes de trabajo y en todas partes.
Padre Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN.
Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más
1. Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente pauta al iniciar cada encuentro:
a)
Compartir sobre lo que le pasó a la gente en su diario vivir durante la
semana.
b)
¿Cómo he experimentado a Jesús en lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo
en mi vida?
c)
¿Qué he hecho esta semana para extender el Reino de Dios?
2. Contexto: La
resurrección de Lázaro cierra el Libro de los Signos. Es el mayor signo que
Jesús ha realizado: la vida supera a la muerte (20,11-18). Al mismo tiempo, es
el anuncio del gran signo: la resurrección de Jesús. Su proyecto de una nueva
sociedad basada en el amor y en la solidaridad continuó vivo en las primeras
comunidades cristianas. Hoy, las comunidades intentan seguir las huellas que
dejaron los primeros seguidores y seguidoras de Jesús. En 11,1-6, la palabra "enfermedad"
aparece cinco veces. La repetición de este término refleja la situación de
sufrimiento y muerte provocada por la persecución. Los judíos que abrazaron la
fe cristiana fueron perseguidos por las autoridades judías y por el Imperio
romano. Por ese motivo, experimentaban una situación de miseria, sin auxilio ni
protección. Por un lado, el sufrimiento económico: mucha gente pasaba hambre;
por otro, el sufrimiento religioso: los pobres y los enfermos se sentían
castigados por Dios. En la comunidad
de Juan, muchos miembros son asesinados, aunque esas muertes ganan un nuevo sentido:
son fuentes de vida y comprueban la práctica de la comunidad. Lázaro, Marta y
María representan a la comunidad de Betania. Allí circula una profunda
relación de amistad y amor entre sus miembros (11,3.5.11.35), capaz de
engendrar vida nueva. Es una comunidad que necesita la presencia de Jesús.
3. Los otros
evangelios mencionan veintiocho milagros de Jesús distintos. Juan apenas
menciona siete y los llama "signos".
De estos siete, apenas tres se encuentran en los sinópticos. Los otros cuatro
son exclusivos de Juan: las bodas de Caná (2,1-11), la curación de un
paralítico en la piscina de Siloé (5,1-9), la curación del ciego de nacimiento
(9,1-7) y la resurrección de Lázaro (11,1-44). En el modo cómo describe estos "signos", Juan hace más que
contar simplemente milagros. Él amplía y hace de modo que ellos puedan
manifestar a Jesús como la revelación del Padre. El Evangelio de Juan trata de
clarificar la frase de Jesús: "El
que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (14,9). Cuando colocamos a
contraluz la fotografía de Jesús hecha por el evangelio de Juan, vemos el
rostro del Padre.
4. La
narración de la resurrección de Lázaro en el conjunto del Evangelio de Juan: El esquema
de los siete signos: 1º Signo:
bodas de Caná (2,1-12) ; 2º Signo: curación del hijo de un cortesano
(4,46-54); 3º Signo: curación del paralítico (5,1-18); 4º Signo: multiplicación de los panes
(6,1-15) ; 5º Signo: Jesús camina
sobre las aguas (6,16-21); 6º Signo: curación del ciego (9,1-40); 7º
Signo: resurrección de Lázaro (11,1-44)
El gran signo es la HORA de la
glorificación de Jesús. Los siete signos son siete prefiguraciones de la
glorificación de Jesús que acontecerá en la Hora de su pasión, muerte y
resurrección. Cada signo simboliza un aspecto del significado de la pasión,
muerte y resurrección de Jesús para nuestra vida. Y es "meditando día y noche" a través de la Lectura Orante,
como podremos descubrir este significado, enriqueciendo con ello nuestra vida.
5. Humano,
muy humano, igual a nosotros en todo: Después de la profesión de fe, Marta va a
llamar a María su hermana. María va al encuentro de Jesús, que se haya en el
mismo lugar donde Marta lo ha encontrado. Ella repite la misma frase de Marta: "Señor, si hubieses estado aquí, no
hubiera muerto mi hermano" (11,21). María llora, todos lloran. Jesús
se conmueve. Cuando los pobres lloran, Jesús se emociona y llora. Ante el
llanto de Jesús, los otros concluyen“¡Miren cómo lo amaba!” Esta es la
característica de las comunidades del Discípulo Amado: el amor mutuo entre
Jesús y los miembros de la comunidad. Algunos todavía no creen y dudan: "¿No pudo éste, que ha abierto los ojos
del ciego, hacer que no muriese?" (11,33.35.38). Así es cómo Juan
acentúa la humanidad de Jesús contra aquéllos que, al final del primer siglo,
espiritualizaban la fe y negaban la humanidad de Jesús.
6. A
nosotros nos toca quitar la piedra para que Dios nos devuelva la vida: Jesús
ordena quitar la piedra. Marta reacciona: "Señor,
ya huele…pues lleva cuatro días". Una vez más Jesús la desafía,
llamándola de nuevo a la fe en la resurrección, que es ahora, como un signo de
la gloria de Dios: "¿No te he dicho
que si creyeres verás la gloria de Dios?" Quitaron la piedra. Ante el
sepulcro abierto y ante la incredulidad de las personas, Jesús se dirige al
Padre. En su plegaria, ante todo, da las gracias al Padre: "Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que siempre
me escuchas". El Padre de Jesús es el mismo Dios que siempre escucha
el grito del pobre (Ex 2,24; 3,7). Jesús conoce al Padre y confía en él. Pero
ahora le pide un signo a causa de la muchedumbre que lo rodea, a fin de que
pueda creer que Él, Jesús, es el enviado del Padre. Después grita en alta voz: "¡Lázaro, sal fuera!" Lázaro
salió fuera. Es el triunfo de la vida sobre la muerte, de la fe sobre la
incredulidad. Un campesino de Calle Larga hizo el siguiente comentario: "¡A nosotros toca remover la piedra! Y
así Dios resucita la comunidad. ¡Hay gente que no quiere remover la piedra, y
por esto en su comunidad no hay vida!"
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