Mateo 5,17-37
1. Oración Inicial: Señor, envíanos tu Espíritu Santo.
Concédenos escuchar con apertura de corazón tu Palabra y comprender su
mensaje para que vivamos siempre conforme a tu voluntad y actuemos como luz y
fermento del mundo. AMÉN. Cantar
«Espíritu Santo Ven, Ven».
2. Lectura:
¿Qué dice el texto?
a. Introducción:
En el texto de hoy, Jesús cita cinco veces un mandamiento o una costumbre de la
ley antigua: no matar (5,21), no cometer adulterio (5,27), no jurar en falso
(5,33), ojo por ojo y diente por diente (5,38), amar al prójimo y odiar al
enemigo (5,43). Y cinco veces critica la manera antigua de cumplir estos
mandamientos. Propone un camino nuevo para conseguir el objetivo de la ley a
través de la reconciliación, de la acogida y de la práctica del amor. Abramos
nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.
b. Leer
el texto: Mateo 5,17-37: Hacer
una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje de fe
que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.
c. Un
momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la
palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones. Terminar cantando: «Tu Palabra
me Da Vida».
d. ¿Qué
dice el texto?
1)
Cada persona lee el versículo o
parte del texto que le impresionó más.
2)
¿Qué dice Jesús sobre la Ley y los
Profetas? ¿A qué grupos critica Jesús por las deformaciones en su
interpretación de la Ley?
3)
¿Qué nueva interpretación da Jesús a
la ley "no matarás"?
4)
¿Qué pide Jesús a la gente que va a
presentar su ofrenda?
5)
¿Qué nueva interpretación da Jesús a
la ley "no cometerás adulterio"?
6)
¿Qué nueva interpretación da Jesús a
la ley "el que se divorcie…"?
7)
¿Qué nueva interpretación da Jesús a
la ley "no jurarás en falso…"?
3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra
vida? No es necesario responder a cada
pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es
conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra
vida.
a)
¿Qué consejo de Jesús consideras más
difícil? ¿Por qué? ¿Qué nos enseña todo esto respecto de la nueva justicia que
desea Jesús?
b)
Jesús explica cómo debemos cumplir
el mandamiento que dice: "No
matarás". Hoy, hay mucha gente que dice: "No robo, no mato, estoy
bien con Dios". ¿Qué se puede decir de esta frase a partir de
los consejos de Jesús?
c)
¿De qué manera los consejos de Jesús
pueden ayudar a mejorar la relación dentro de nuestra familia y de la
comunidad?
d)
¿Cuál es el mensaje del texto para
nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?
4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar
y meditar su Palabra? Ponemos en
forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre
nuestra vida. «Ayúdanos, Señor, a vivir el amor».
5. Contemplar el rostro de Dios encontrado en el
texto, volver la mirada al mundo y comprometernos con el Reino de Dios y su
justicia: Compromiso:
"un hermano tuyo tiene algo contra
ti": ¿Con quién tengo que reconciliarme esta semana? Llevamos una "palabra".
Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y
buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración donde
volver a conversarla con el Señor.
6. Oración final: Padre bueno, te damos gracias por la Palabra de Vida que nos ha
comunicado hoy. Te pedimos que acrecientes nuestra esperanza, para que nunca
renunciemos al esfuerzo por crear un mundo en el que el amor y la justicia sean posibles. Padre Nuestro,
que estás en el cielo… AMÉN.
Para Las Personas Que Quieran
Profundizar Más
1. Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente pauta
al iniciar cada encuentro:
a) Compartir sobre lo que le pasó a la
gente en su diario vivir durante la semana.
b) ¿Cómo he experimentado a Jesús en lo
que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c) ¿Qué he hecho esta semana para
extender el Reino de Dios?
2. Contexto: Estas palabras, que Mateo pone en
boca de Jesús, hay que buscarlo en las diferentes opiniones que existían entre
los primeros cristianos sobre la interpretación de la ley de Moisés. Para unos
ya no tenía sentido. Para otros la Ley debía cumplirse hasta en los mínimos
detalles. ¿Estaban obligados todos a
cumplir sus preceptos, o habían sido abolidos por Jesús? ¿Cómo debían ser
interpretados dichos preceptos? Las respuestas a estas preguntas fueron
diversas. Mateo intenta conciliar las tendencias de diversos grupos dentro de
su comunidad, proponiendo una alternativa a la interpretación restrictiva de
los fariseos, que eran la corriente dominante del judaísmo en aquel momento.
Según la doctrina de los fariseos, el hombre debía practicar las obras buenas
que le hacen justo ante Dios y le alcanzan la salvación. Sin embargo, su
interpretación de la ley había caído en la casuística y en la trampa de los
mínimos imprescindibles. Jesús propone una vivencia de la ley desde dentro, sin
barreras, a fondo... en plenitud. Las enseñanzas de la ley y de los profetas no
deben ser acotadas por una larga serie de preceptos, sino asumidas desde
dentro, como expresión de la voluntad de Dios.
3. Su justicia debe ser mejor que la
justicia de los maestros de la ley y de los fariseos (5,20): Este versículo ofrece la
clave general de todo lo que sigue en el conjunto de 5,20-48. En torno a cinco
mandamientos de la antigua ley, Mateo reúne frases de Jesús que interpretan
estos mandamientos. Quiere mostrar a las comunidades cómo se debe practicar la
justicia mayor que supera a la justicia de los maestros de la ley y de los
fariseos.
4. Jesús revela lo que Dios quería
cuando entregó la Ley a Moisés (5,21-22): La ley dice: "No matarás" (Ex 20,13). Para cumplir este quinto
mandamiento no basta evitar el asesinato. Es necesario arrancar dentro de sí
todo aquello que de una u otra forma pueda llevar al asesinato, como por
ejemplo la rabia, el odio, el insulto, el deseo de venganza, la explotación,
etc.
5. El verdadero culto que Dios
quiere: (5,23-24):
La ofrenda ante el altar carece de valor si despojamos u olvidamos al hermano.
No se trata de escrúpulos personales, el asunto es objetivo: si un "hermano tuyo tiene algo contra
ti". Esa es la referencia, el otro. No vemos hoy, sin embargo, a
cristianos(as) dar media vuelta el domingo, en el momento de entrar al templo a
participar en la celebración dominical... La reconciliación con el hermano
implica respetar sus derechos y abrirle nuestro corazón a través de gestos
concretos. Pero tampoco debemos quedarnos en eso, es necesario regresar a
presentar la ofrenda. El círculo se cierra. Oración y compromiso son
inseparables. El culto exige la creación de la fraternidad humana. Sólo así
nuestro lenguaje será auténtico, sin medias tintas, un "sí, sí, no, no". La reconciliación es uno de los puntos
en los que más se insiste en el evangelio de Mateo. Esto nos muestra que, en
las comunidades de aquella época, había muchas tensiones entre grupos radicales
con tendencias diferentes. No había diálogo. Mateo ilumina esta situación con
palabras de Jesús sobre la reconciliación que pide acogida y comprensión. El
único pecado que Dios no consigue perdonar es nuestra falta de perdón a los
otros (6,14). ¡Busca la reconciliación antes de que sea demasiado tarde!
6. Adulterio y separación: Se refiere a dos cuestiones
relacionadas con la vida conyugal que eran muy discutidas entre los maestros
judíos de la época, y que lo fueron más tarde entre los cristianos. También
para estos casos vale la regla general, porque el adulterio empieza en el
corazón; es allí donde nacen los deseos que después se traducen en hechos. En la
cultura mediterránea el ojo era el órgano a través del cual se manifestaban
algunos malos deseos, sobre todo la envidia y la avaricia. Por otro lado, la
mujer era considerada propiedad del varón, de modo que el deseo envidioso de
poseer a la mujer ajena era, en realidad, un atentado contra la propiedad. Por
su parte, la mano era el órgano de la acción, a través del cual podían llevarse
a cabo estos deseos, que nacen del corazón. La invitación que se hace a los
discípulos es clara: hay que actuar en las raíces, allí donde se deciden la
vida y las acciones del hombre, para evitar que la mala levadura fermente toda
la masa. Relacionado con el tema del adulterio, se plantea el problema de la
separación matrimonial (5,31-32), que estaba regulada por la ley judía. Aquí
las palabras de Jesús son contundentes y corrigen no sólo la interpretación que
las escuelas rabínicas habían dado sobre la ley de Moisés, sino las enseñanzas
de esa misma ley. La explicación de su postura en este punto tan conflictivo
puede encontrarse en 19,1-9: Moisés permitió a los israelitas separarse de sus
mujeres debido a la dureza de su corazón, pero en el designio del Creador, el
hombre y la mujer que se unen deben permanecer unidos para siempre. A pesar de
esta regla general, en la comunidad de Mateo existía un caso en el que el
divorcio era lícito. De él se habla en este texto y en 19,9 con la expresión
excepto en caso de una unión ilegítima. Es probable que se trate de una
concesión hecha a los cristianos de origen judío, para que el marido de una
mujer infiel pudiera casarse con otra, pues la infidelidad de la primera
convertiría la unión en ilegal.
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