1. Oración Inicial: Ven, Oh Espíritu Creador. Sé luz para el entendimiento de la Palabra
que hoy escucharemos. ¡Ven, Señor Jesús!
AMÉN. Cantar «Espíritu Santo Ven, Ven».
2. Lectura:
¿Qué dice el texto?
a. Introducción:
El sermón de la montaña es el primer gran discurso del Evangelio de Mateo. No
es un tratado de moral cristiana sino una definición de la práctica de Jesús,
fundamento de la práctica de la Iglesia. Es la práctica coherente con la
llegada del Reino de los Cielos. Las dos comparaciones a continuación están muy
relacionadas con la última bienaventuranza, que refleja la experiencia de
persecución vivida por la comunidad de Mateo.
Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.
b. Leer
el texto: Mateo 4,25 – 5,16:
Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje
de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda
vez.
c. Un
momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la
palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones. Terminar cantando: «Tu Palabra
me Da Vida».
d. ¿Qué
dice el texto?
1)
Cada persona lee el versículo o
parte del texto que le impresionó más.
2)
¿A quiénes y desde dónde dirige Jesús las palabras que pronuncia en
este discurso?
3)
¿Cuáles son los grupos de personas a
las que Jesús declara felices (bienaventurados)?
4)
¿Cuál es la razón (o promesa) de la
felicidad para cada grupo de personas?
5)
¿Cuál es la misión de los que viven
según el espíritu de las bienaventuranzas?
6)
¿Cuál es la manera de hacer brillar
la luz delante de la gente? ¿Cómo reaccionará la gente al verla?
3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra
vida? No es necesario responder a cada
pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es
conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para
nuestra vida.
a)
¿Quiénes son hoy los
"sabios" que buscan a Dios? ¿En qué sentido te identificas con ellos?
b)
¿A qué tipo de personas llamamos
felices en nuestra sociedad? ¿Qué caminos sugiere nuestra sociedad para llegar
a ser felices? ¿Qué clase de felicidad busca hoy la gente?
c)
¿Corresponde esta visión de la
felicidad con lo que Jesús propone en sus bienaventuranzas? ¿Qué sugiere este
contraste?
d)
¿Existen hoy estos grupos de
personas de los que habla Jesús en las bienaventuranzas?
e)
Las Bienaventuranzas son una de las
mejores descripciones de lo que Jesús mismo fue y vivió. ¿Ocurre lo mismo con
nosotros(as)? ¿Nos describen las bienaventuranzas? ¿Qué nos falta?
f)
¿De qué modo nuestra comunidad puede
ser sal e iluminar la sociedad en la que vivimos? ¿Qué se necesita para que la
comunidad no se vuelva sosa y no se apague?
g)
¿Cuál es el mensaje del texto para
nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?
4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar
y meditar su Palabra? Ponemos en
forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre
nuestra vida. «Ustedes son la luz de este mundo».
5. Contemplar el rostro de Dios encontrado en el
texto, volver la mirada al mundo y comprometernos con el Reino de Dios y su
justicia: Compromiso:
¿De qué forma concreta vamos a vivir esta semana las bienaventuranzas? Llevamos
una "palabra". Puede ser un versículo o una frase del texto.
Tratar de tenerla en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y
tener un tiempo de oración donde volver a conversarla con el Señor.
6. Oración final: Padre Bueno, que por medio de Jesús y de tantos otros testigos que has
suscitado en la historia, has manifestado a nuestro mundo el camino de la
felicidad, de la bienaventuranza; haz que nuestra vida sea siempre una ayuda
para alcanzar la felicidad que Tú esperas de nosotros(as), y a la que nos
llamas y empujas, para que contribuyamos eficazmente a la paz y la felicidad
del mundo. Padre Nuestro, que estás en el
cielo… AMÉN.
Para Las Personas Que Quieran
Profundizar Más
1. Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente pauta
al iniciar cada encuentro:
a) Compartir sobre lo que le pasó a la
gente en su diario vivir durante la semana.
b) ¿Cómo he experimentado a Jesús en lo
que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c) ¿Qué he hecho esta semana para
extender el Reino de Dios?
2. Contexto del discurso de Jesús: En el Evangelio de Mateo, Jesús
aparece como el nuevo Moisés. En el Antiguo Testamento la Ley de Moisés está
representada en cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
Imitando al viejo modelo, Mateo presenta ahora la Nueva ley en cinco grandes
Discursos repartidos en el evangelio: 1) el Discurso de la Montaña (Mt 5 a 7),
2) el Discurso de la Misión (Mt 10), 3) el Discurso del Misterio del Reino
presente en la vida (las parábolas)(Mt 13), 4) el Discurso de la Comunidad (Mt
18), 5) el Discurso del futuro del Reino (escatológico) (Mt 24 y 25). Pero para
Mateo, no basta sólo el estudio de la Ley. Es necesario observar bien la
práctica de Jesús, porque en ella obra el Espíritu de Dios, que anima desde
dentro la letra de la Ley. La descripción de la práctica de Jesús ocupa las
partes narrativas intercaladas entre los cinco Discursos y tiene la finalidad
de mostrar cómo Jesús observaba la ley y la encarnaba en su vida.
3. "de ellos es el reino de los cielos": El reinado
de Dios es de los pobres en espíritu y de los perseguidos por causa de la
justicia. Quienes no ponen su fe, su confianza y su esperanza en los bienes
materiales pero que a la vez son perseguidos porque luchan por la justicia.
Ambas condiciones indispensables para que Dios reine. La primera condición es
renunciar a la riqueza y a la ambición de riqueza. Esta condición es la puerta
de entrada al reino de Dios, pues elimina la raíz de la injusticia, de la
acumulación, del éxito individual, de la insolidaridad y del dominio sobre
otras personas y sobre la naturaleza. La segunda condición favorece la
construcción de nuevas relaciones entre los seres humanos capaces de hacerles
más sencillos y más felices, pero a la vez, suficiente motivo de persecución
por parte de quienes se sienten amenazados por tal transformación.
4. "...poseerán en herencia la tierra, serán
consolados, y serán saciados": Tres promesas de Dios para pasar de
una situación negativa a otra positiva: de la opresión a la liberación, del
sufrimiento al consuelo, de la injusticia a la justicia. El reino de Dios abre
un horizonte de vida y de esperanza para la humanidad empobrecida y oprimida.
Enciende una luz en medio de la oscuridad. Insiste en la posibilidad de una
vida digna y agradable a ser alcanzada por quienes no disfrutan hoy de ella.
Vale la pena, en medio de las adversidades, atreverse a soñar en "otro
mundo posible". Salir de la opresión es posible. Salir del sometimiento es
posible. Alcanzar la justicia anhelada es posible. Abrir este horizonte de
posibilidades, constituye una buena nueva cuando precisamente todo horizonte
para la justicia ha sido cerrado. Ver una alternativa de vida digna abre
caminos de superación y de lucha.
5. "…los misericordiosos, los limpios de corazón, los
que buscan la paz": Son las actitudes y los objetivos los que mueven el trabajo para hacer
realidad una nueva humanidad. Son los rasgos propios de la comunidad de
seguidoras y seguidores de Jesús. Sólo que estas actitudes y rasgos vienen como
consecuencia de haber renunciado a la riqueza y a la ambición de riqueza, y de
poner toda la vida en el trabajo por la justicia. Al mismo tiempo son los
rasgos de la humanidad nueva que tanto anhelamos y que ya podemos ver en las
personas y las comunidades que se esfuerzan por ser misericordiosas, por tener
limpios los corazones y por buscar incansablemente la paz. Este es el principal
programa de vida de la comunidad cristiana: contribuir con la creación de un
mundo justo, solidario y feliz. Quienes viven la misericordia, experimentan la
misericordia de Dios. Quienes alcanzan la limpieza del corazón ya tienen a Dios
en sus vidas. Quienes trabajan por la paz experimentan a Dios como Padre. Esta
manera de ser, de sentir y de actuar es condición necesaria para testimoniar.
6. "...de la misma manera persiguieron a los
profetas": La comunidad cristiana que asume el estilo de vida que propone las
bienaventuranzas choca con la sociedad que vive otro estilo de vida. La
comunidad a la que se refiere las bienaventuranzas se convierte en molestia y
amenaza para la sociedad. Su testimonio de vida, sus actividades, su
espiritualidad mina los cimientos en donde la sociedad injusta se edifica. No
es de extrañar entonces las injurias, las persecuciones, las calumnias que
buscan debilitar, confundir y destruir a la comunidad fiel. En medio de las
hostilidades la comunidad está llamada a resistir, a vencer la angustia y la
desesperanza. La alegría y el regocijo en Dios será la fuente del coraje, de la
resistencia y de la esperanza. Es el testimonio de los profetas presente en las
comunidades que viven intensamente el discipulado.
7. Sal de la tierra y luz del mundo: Con estas dos parábolas Jesús
describe la misión de la comunidad. La comunidad debe ser sal de la tierra y
luz del mundo. La sal no existe para sí, sino para dar sabor al alimento. La
luz no existe para sí, sino para iluminar el camino. No existimos para nosotros
mismos, sino para la gente, para el Reino de Dios. Para Mateo, ser luz
consiste, ante todo, en practicar las buenas obras para que todas las personas
den gloria a Dios. Con esta mención de las buenas obras se introduce el cuerpo
del sermón del monte, cuyo tema principal será, precisamente, aclarar cuáles
son las buenas obras que el discípulo debe poner en práctica.
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