Mateo 5,38-48
1. Oración Inicial: Señor de la Vida, abre nuestros corazones. Ven, habla, Señor, que tu
Palabra es vida y salvación de quienes la escuchamos, meditamos, oramos y
contemplamos. AMÉN. Cantar «Espíritu
Santo Ven, Ven».
2. Lectura:
¿Qué dice el texto?
a. Introducción:
El texto de hoy forma parte de una pequeña unidad literaria que va desde Mt
5,17 hasta 5,48, en la que se describe como pasar de la antigua justicia de los
fariseos (5,20) a la nueva justicia del Reino de Dios (5,48). Describe como
subir la Montaña de las Bienaventuranzas, de donde Jesús anunció la nueva Ley
del Amor. Los fariseos se esforzaban para alcanzar la justicia a través del
cumplimiento estricto de la Ley. Pensaban que era por el esfuerzo que podrían
llegar hasta el lugar donde Dios los quería. Jesús toma postura ante esta
práctica y anuncia que la nueva justicia tiene que superar la justicia de los
fariseos (5,20). Estamos llegando a la cima de la montaña. La cima está
descrita con la frase: «Sean perfectos como su Padre celestial es perfecto» (5,48). Abramos
nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.
b. Leer
el texto: Mateo 5,38-48: Hacer
una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje de fe
que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.
c. Un
momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la
palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones. Terminar cantando: «Tu Palabra
me Da Vida».
d. ¿Qué
dice el texto?
1)
Cada persona lee el versículo o
parte del texto que le impresionó más.
2)
¿Qué conductas alternativas propone
Jesús al ojo por ojo y diente por diente?
3)
¿Qué alternativa propone Jesús al
Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo?
4)
¿Cuál es el motivo que da Jesús para
amar el enemigo?
5)
En conclusión: ¿Qué nos pide Jesús?
3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra
vida? No es necesario responder a cada
pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es
conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para
nuestra vida.
a)
¿Han sentido alguna vez una rabia
tan grande como para querer aplicar la venganza "ojo por ojo, diente por
diente"? ¿Cómo hacer
para superarla?
b)
¿Somos capaces de ofrecer la otra
mejilla a quienes nos tratan mal? ¿Somos capaces de amar a nuestros enemigos y
rezar por los que nos persiguen? ¿Qué
nos falta?
c)
¿Es realista que Jesús pida que
seamos perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo?
¿Por qué piensan que nos pide eso?
d) ¿Será que la convivencia comunitaria hoy en la iglesia
favorece vivir el amor que Jesús propone en el evangelio hoy?
e)
¿Cuál es el mensaje del texto para
nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?
4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar
y meditar su Palabra? Ponemos en
forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre
nuestra vida. «…sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de
ustedes que está en el Cielo».
5. Contemplar el rostro de Dios encontrado en el
texto, volver la mirada al mundo y comprometernos con el Reino de Dios y su
justicia: Compromiso:
Contemplar en silencio a Jesús que, en la hora de su muerte, amaba al enemigo
que lo mataba. Llevamos una "palabra". Puede ser un versículo
o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y buscar un momento cada día
para recordarla y tener un tiempo de oración donde volver a conversarla con el
Señor.
6. Oración final: Padre bueno, te damos gracias por la Palabra de Vida que nos has
comunicado hoy. Te pedimos que acrecientes nuestra esperanza, para que nunca
renunciemos el esfuerzo por crear un mundo en el que el amor y la justicia sean posibles. Padre
Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN.
Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más
1. Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente pauta al iniciar cada
encuentro:
a)
Compartir
sobre lo que le pasó a la gente en su diario vivir durante la semana.
b)
¿Cómo he
experimentado a Jesús en lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c)
¿Qué he
hecho esta semana para extender el Reino de Dios?
2. Venganza (5,38-42): Se refiere a la llamada ley del talión. En
su origen ésta ley tuvo un sentido humanitario, pues nació para limitar la venganza
indiscriminada, que era corriente entre los pueblos orientales. Esta ley era
interpretada literalmente en tiempos de Jesús por la mayor parte de los judíos;
sin embargo Jesús propone ir hasta el fondo de este mandato divino y descubrir
en él la voluntad divina de romper con la espiral de la violencia que se genera
al responder con la misma moneda. Los tres casos que se citan para explicar con
ejemplos concretos el alcance de la interpretación de Jesús son bien
expresivos. El tercero de ellos se refiere probablemente a un hecho concreto
relativamente frecuente en Palestina en aquellos tiempos: la petición que las
patrullas romanas desorientadas hacían a los viandantes para que los
acompañaran y les indicaran el camino. La actitud de no hacer frente a los que
les hacen mal llega hasta el punto de no negar la ayuda ni siquiera a los
opresores romanos. Y la razón profunda de esta actitud es que con la llegada
del reino se hace presente el amor de Dios, un amor comprensivo y sin medida,
un amor que rompe las leyes de la correspondencia.
3. Amor a los enemigos (5,43-48): El ejemplo invita abiertamente a los
discípulos a amar a los enemigos. Mateo ha situado como culmen de todas las
anteriores esta invitación, porque en ella se resume todo lo dicho en las demás.
La primera parte de la cita se refiere a Lv 19,18, pero en ninguna parte de la
ley de Moisés se dice que uno debe odiar a sus enemigos. Este añadido es en
realidad una interpretación posterior que tampoco debemos entender
literalmente, pues en las lenguas semíticas el verbo odiar puede significar
sencillamente no amar. En cualquier caso es claro que los judíos habían
interpretado el precepto del Levítico en sentido restrictivo y lo aplicaban
sólo a los miembros del pueblo elegido. La interpretación de Jesús ofrece un
nuevo horizonte. Esta es una de las enseñanzas más novedosas y revolucionarias
del evangelio, sobre todo por la motivación que se da para explicar el alcance
y la raíz del amor cristiano. Es un amor que no puede quedar reservado al círculo
de los más cercanos, a los de mi grupo o a los que me aman, sino que alcanza
incluso a los enemigos. Es un amor sin fronteras y sólo puede entenderse como
expresión del amor de Dios, que es para todos. Los discípulos deben amar así,
porque así es como ama Dios. Este será su signo distintivo. Las palabras
finales: “sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre…” (5,48) resumen magníficamente la enseñanza contenida
en las cinco antítesis, y la motivación más radical de la nueva interpretación
de la ley de Moisés propuesta por Jesús como norma de vida para el cristiano:
los discípulos deben vivir con la mirada puesta en Dios, pues están llamados a
manifestar en su vida la perfección de Dios, cuya expresión más acabada es el
amor incondicional a todos.
4. ¿Nueva ley? El discurso (Mt 5-7) suele conocerse con el nombre de "sermón
de la montaña" debido al
escenario donde fue pronunciado. Esto recuerda aquel otro pasaje del libro del
Éxodo en el cual la ley fue entregada al pueblo en el monte Sinaí. Por eso, muchos
han insinuado que Mateo desea presentar a Jesús como un "nuevo
Moisés" que,
investido de autoridad, anula los antiguos mandamientos para establecer un
nuevo orden de cosas. Pero esta visión no es del todo correcta. De hecho, el
primer evangelio fue escrito para una comunidad de cristianos de origen judío
que seguían valorando y practicando la ley de Moisés y las costumbres
religiosas propias del judaísmo: la limosna, la oración y el ayuno (6,1-18).
Jesús afirma claramente que él no ha venido a abolir los preceptos de la ley,
sino a revelar su verdadero y pleno significado (5,17). Los mandamientos siguen
vigentes, pero no se pueden comprender con la mentalidad estrecha y mezquina de
los escribas y fariseos. Ellos los cumplen al pie de la letra, pero se olvidan
de su espíritu, que es la práctica del amor (5,21-48). Por eso, su justicia se
queda corta para los discípulos de Jesús (5,20), que tratan de ir más allá y de
buscar la voluntad de Dios tal y como el Maestro la ha interpretado y dado a
conocer.
5. Programa de vida cristiana: El "sermón de la montaña" viene a ser de esta manera un auténtico programa de
vida cristiana. No se trata de un reglamento donde todo está estipulado y
detallado, sino de una especie de síntesis de las líneas maestras que deben guiar
la vida del discípulo de Jesús, acompañadas de algunos ejemplos ilustrativos.
De hecho, aunque estas palabras parecen dirigidas a la gente en general (lee lo
que dice Mt 5,1; 7,28-29), los que se acercan a escucharlas de un modo
particular son los discípulos (Mt 5,1). Eso explica el carácter aparentemente
excesivo de sus exigencias, que ciertamente resultan incomprensibles para
quienes no se han decidido a seguir a Jesús y no han optado radicalmente por el
Reino que él anuncia. Sólo si se lee con
mentalidad de discípulo puede entenderse el "sermón de la montaña"
como un verdadero programa de vida.
6. Se nos pide ser perfectos como el Padre; misericordiosos como El, santos como El. Una
expresión de esa santidad será el rechazo del odio a los demás. Jesús se atreve
a pedirnos que desde esta vida, compartamos la actitud de un Dios totalmente
fiel, totalmente preocupado por su pueblo, plenamente bueno. Todo el resto viene por añadidura.
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