26 nov 2011

32° Tiempo Ordinario (A)


32° Tiempo Ordinario (A)
Mateo 25, 1-13

1. Oración Inicial: Señor, ilumínanos con tu Espíritu Santo. Haz que podamos recibir tu Palabra hoy con alegría, escucharla con amor, meditarla y dejarla crecer en nosotros(as). Que sea una fuerza liberadora contra todas las alienaciones, las esclavitudes y los temores. Haznos instrumentos de tu Palabra para que podamos anunciarla, testimoniarla con eficacia. AMÉN. Cantar "Espíritu Santo Ven".

2. Lectura: ¿Qué dice el texto?

a. Introducción: En la parábola de hoy se construye una historia en torno al comportamiento diferente de las doncellas que acompañan al esposo en el día de la fiesta del matrimonio. Este hecho es usado por Jesús para poner en claro la llegada de improviso del Reino de Dios en la vida de las personas.  Al final de la parábola de las diez vírgenes, Jesús dice:" Estén despiertos, pues que no saben ni el día ni la hora". Esta advertencia final sirve como clave de lectura. Ella indica la dirección del pensamiento de Jesús.  Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.

b. Leer el texto: Mt 25, 1-13: Leemos este texto de Mateo con mucha atención, tratando de descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.

c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida. Terminar cantando: “Tu Palabra me Da Vida”.

d. ¿Qué dice el texto?

1)     ¿Qué versículo o parte del texto te impresionó más? ¿Por qué?
2)     ¿A quiénes están dirigidas las palabras de Jesús?
3)     ¿Cuál es la conducta diferente de las doncellas que acompañan al esposo?
4)     ¿Qué sucede con el esposo?  ¿A qué hora llega de improviso?
5)     ¿Cuál es el comportamiento diferente de previsoras y de las descuidadas?
6)     ¿Cuál es la suerte final de las previsoras y de las descuidadas?
7)     ¿Cuál el mensaje final del texto?

3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra vida.

  1. Nuestra vida: ¿Es dormida a veces en la apatía, la indiferencia o el descuido? ¿Es una vida de futuro, de esperanza activa, de compromiso a construir el Reino de Dios? ¿Qué nos falta?
  2. ¿Está nuestra vida demasiado absorbida por los detalles pequeños y diarios, sin previsión de futuro, sin la prudencia de poner en el centro la búsqueda del Reino?
  3. El llamado a la “vigilancia” y de “estar preparados” es un mensaje recurrente en el evangelio. En el fragmento de hoy es claro. Concretamente en la sociedad de hoy, volcada sobre sí misma, atenta sólo a “disfrutar de la vida”, ¿Qué puede significar hoy el llamado de Jesús a estar vigilantes y preparados?
  4. ¿Existen en nuestra co­munidad signos de comodidad, rutina, apatía y en­friamiento?
  5. ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad en nuestra vida?

4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos en forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre nuestra vida. ¡Ayúdanos a permanecer vigilantes y prevenidos, Señor!

5. Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto y Comprometernos con la transformación de la realidad: Compromiso: ¿Cómo podemos ser esta semana más vigilantes y prevenidos?  Llevamos una “palabra”. Esa “palabra” o versículo que nos va a acompañar hasta que nos encontremos nuevamente. Seguramente se hará presente durante la semana mientras participamos en nuestros quehaceres diarios.

6. Oración final: Dios Padre de toda la Humanidad, que nos invitas a vivir con intensidad nuestra corta vida, cuidando siempre de que el aceite arda en las lámparas de nuestros corazones: ayúdanos a amar a fondo a todo lo que vive y existe, y a ser dadores de vida y de esperanza. Esto nosotros te lo pedimos apoyados en Jesús, tu hijo, hermano nuestro.  AMÈN.   Padre Nuestro, que estás en el cielo…

Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más

1. Contexto: Los capítulos 24 y 25 constituyen el quin­to y último discurso del evangelio. Para compo­nerlo, Mateo ha ampliado el llamado “discurso escatológico” de Marcos (Mc13) con una serie de tres parábolas y una impresionante des­cripción del juicio final, cuya principal in­tención es orientar a los cristianos(as) sobre có­mo preparar la venida del Señor. Mateo ha cambiado sustancialmente el motivo central del discurso. Se trata ahora de la venida del Hijo del hombre, y de las actitudes con que los discípulos deben preparar dicha ve­nida. Este cambio de perspectiva responde a la situación que vivía su comunidad. Por un lado, veían que la segunda venida de Jesús se retrasaba, y ante ellos aparecía la historia co­mo espacio para el compromiso. Por otro, el evangelista contempla con preocupación los signos de abandono, comodidad, rutina, y en­friamiento que comienzan a aparecer en la co­munidad. En esta situación, Mateo descubre que aquellas palabras de Jesús encierran una profunda enseñanza, y compone con ellas una exhortación dirigida a los cristianos(as). Es­ta exhortación se fundamenta en una pro­funda convicción: la venida del Hijo del hom­bre es un hecho cierto, aunque no sucederá en seguida; mientras llega el momento, es ne­cesario preparar este gran acontecimiento vi­viendo según las enseñanzas de Jesús.

2. La conducta diferente de las doncellas: cinco previsoras y cinco descuidadas (25,1-4): Jesús comienza la parábola con las palabras: " El Reino de los cielos será semejante…" Significa que la parábola de las diez vírgenes se refiere a la venida futura del Reino, para el cuál debemos prepararnos desde ahora. Para aclarar esta dimensión del Reino, Jesús recurre a la costumbre bien conocida de invitar a algunas jóvenes para acompañar al esposo a su llegada para la fiesta de la boda. Ellas debían acompañar al esposo con las lámparas encendidas. Pero las lámparas eran pequeñas y el aceite que contenían bastaba sólo para un tiempo determinado. Por esto era prudente que cada una llevase consigo un poco de aceite de reserva. Porque el recorrido con el esposo podía durar más del tiempo limitado del aceite en la lámpara. Esto es lo que se sobreentiende en esta historia de las diez vírgenes: que quien acepta un determinado oficio debe prepararse en base a las exigencias del mismo oficio. La joven que acepta ser dama de honor en las bodas debe comportarse de modo adecuado a esta función. Debe ser previsora y llevar el aceite necesario para su lámpara. Quien debe hacer un viaje de 100 kilómetros en una carretera sin señales de tráfico, y sabiendo esto, sale con gasolina para apenas unos 50 kilómetros, no es previsora ni prudente. La gente exclama: "Qué estúpido, no tiene cabeza".

3. Actitudes diferentes de las doncellas (25,7-9): Una vez despiertas, las jóvenes empiezan a preparar las lámparas que deben servir para alumbrar el camino. Había llegado la hora de echar más aceite, porque las lámparas se estaban extinguiendo. Las jóvenes que no tenían consigo aceite de reserva, piden aceite prestado a las otras. Estas responden que no pueden darles, porque al final faltaría para unas y otras. Si fuese sido solo para alumbrar el camino, las sabias hubieran podido decir: " Caminen junto a nosotras y verán donde poner los pies". Pero no se trata de alumbrar el camino. Las lámparas servían también para festejar e iluminar la llegada del esposo. Este era el deber de las damas de honor: que cada una tuviese una lámpara encendida en la mano. En el momento de la crisis las jóvenes necias piden el compartir. Piden que las sabias compartan con ellas el aceite que han llevado. El compartir es una práctica muy importante y fundamental en la vida del pueblo de Dios. Pero aquí no se trata solo de compartir: porque si las prudentes hubieran compartido el aceite hubieran provocado daño al esposo, arruinando la fiesta de las bodas y hubieran terminado por no cumplir ni ellas ni las otras la tarea que habían asumido. Por esto las prudentes, de frente a la petición de las necias, responden que no pueden compartir y dan un consejo realista: "¡Vayan a comprarlo!".

4. Destino diferente de las doncellas (25,10-12): Mientras las necias iban a comprar, llegó el esposo y las que estaban preparadas entraron con él a la fiesta de las bodas, y se cerró la puerta. En la historia de la parábola, las necias encontraron una tienda abierta, y compraron el aceite. Aunque retardadas, llegaron y gritaron:" ¡Ábrenos la puerta! El esposo (a lo menos parece que es él) responde con dureza: "En verdad les digo: que no las conozco".

5. Estén despiertos: La parábola es una exhortación a estar pre­parados para la venida de Jesús, que puede tener lugar en el momento menos esperado. La mención del retraso del esposo (25,10) y la exhortación con que concluye (25,13) son ciertamente de Ma­teo, que quiere despertar a su comunidad de la apatía. En el contexto actual, el que llega es Jesús, y la diferente actitud de los dos grupos de muchachas ejemplifica las dife­rentes situaciones que se daban en su co­munidad. Para Mateo, es­tar preparado significa escuchar y poner en práctica las palabras de Jesús, que pueden resumirse en el mandamiento del amor. El mensaje de Mateo es este: el retraso de la vuelta de Jesús no puede llevar al ador­mecimiento y al descuido, ni puede hacer que la gente se desentiendan de sus compromisos. Al contrario, la certeza de su venida debe impulsarlos a un compromiso activo, que consiste en poner en práctica las enseñanzas de Jesús construyendo su Reino.

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