30 jun 2012

11° Tiempo Ordinario (B)

11° Tiempo Ordinario (B)
Marcos 4,26-34
 
1. Oración Inicial: Señor de la Vida, danos tu gracia hoy para acoger la Palabra de Dios.  Ilumínanos con tu luz, abre nuestra inteligencia y nuestros corazones para comprenderla. Danos la voluntad, el valor y la gracia necesaria para vivirla en nuestras vidas.   AMÉN.    Cantar  «Espíritu Santo Ven, Ven».
2. Lectura: ¿Qué dice el texto?
 a. Introducción: Siempre detrás de una parábola, existe un hecho histórico. El hecho histórico detrás de las dos parábolas del texto de hoy son las críticas de los discípulos a la acción o proyecto de Jesús. Les parece que el movimiento de Jesús va muy lento; que Jesús no emplea todo su poder y sabiduría para construir rápidamente el Reino de Dios. Y hay otra crítica más radical: Algunos piensan que el proyecto de Jesús, el Reino de Dios, debe construirse «en grande». Contra estas críticas, Jesús cuenta dos parábolas. Abramos nuestros corazones para escucharlas.
b. Leer el texto: Marcos 4,26-34: Leemos este texto de Marcos con mucha atención, tratando de descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.
 c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida. Terminar cantando: «Tu Palabra me Da Vida».
d. ¿Qué dice el texto?
      1)    ¿Qué versículo o parte del texto te impresionó más? ¿Por qué?
2)    ¿Qué pasa con la semilla después de ser sembrado en la tierra?
3)    ¿Cuál es la maravilla que el hombre descubre cuando echa la semilla en la tierra?
4)    ¿Cómo es la semilla de mostaza cuando se siembra?, ¿y cómo es una vez crecida?
 3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra vida.
  1. ¿Hemos preguntado a veces por qué Jesús no emplea su poder para construir rápidamente el Reino de Dios? ¿Qué respuesta da la parábola a esta inquietud?
  2. Según nuestra experiencia: ¿El Reino crece rápido o despacio? ¿Desde arriba o desde abajo?
  3. Jesús se consagró totalmente al «reino de Dios». Fue la pasión de su vida, la causa a la que se entregó. Abandonó a su familia, dejó su trabajo, se adhirió al movimiento de Juan, luego lo abandonó, buscó colaboradores, empezó a recorrer los pueblos de Galilea. Su obsesión era anunciar la «Buena Noticia de Dios»: ¿Qué importancia tiene el «reino de Dios» en nuestra vida personal y comunitaria?
     d.    ¿Tenemos fe en que nada podrá impedir definitivamente que el Reino de Dios llegue a su     plenitud?
e.    ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad en nuestra vida?
 4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos unas semillas en medio del grupo y meditamos. Si las plantamos, las pequeñas semillas podrán crecer, con la ayuda de Dios. Pedimos para que todos un día las tengamos y podamos compatirlas. «El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra».
5. Contemplar a Dios, volver la mirada al mundo y comprometerse con el Reino de Dios y su justicia: Compromiso: Cada persona dice su compromiso para ayudar al crecimiento del Reino.  Llevamos una “palabra”. No significa una palabra sola; puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta en todo momento y buscando un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración cotidiano donde volver a charlarla con el Señor.
6. Oración final: Dios, Padre Bueno, aumenta nuestra fe, esperanza y, sobre todo, aumenta nuestro amor y nuestro sentido de la justicia, de modo que vivamos siempre próximos a nuestros hermanos y hermanas, especialmente a las personas más necesitadas. Ayúdanos a vivir este amor en la vida familiar, en el trabajo diario, en el barrio con los vecinos, en la lucha social por la justicia, en el compromiso político,  en la construcción de un mundo nuevo.  AMEN.   Padre Nuestro, que estás en el cielo…
Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más
1. El Proyecto de Jesús entra en crisis: Siempre hay detrás de una parábola un hecho histórico concreto. Hoy nosotros tenemos sólo la parábola, pero casi siempre el hecho histórico lo desconocemos; lo tenemos que reconstruir a partir de la parábola y de su contexto. Después de narrar Jesús la parábola del sembrador, Jesús narra dos parábolas más: una, la parábola del campesino paciente, y otra, la parábola de la semilla chiquitita.  El hecho histórico detrás de estas dos parábolas es una crítica de los discípulos a la acción o proyecto de Jesús.  Los discípulos entienden en lo fundamental a Jesús y lo siguen con generosidad, pero hay cosas más profundas que no entienden, difieren también de Jesús en sus métodos y estrategias. Por ejemplo, les parece que el movimiento de Jesús va muy lento; que Jesús no emplea todo su poder y sabiduría para construir rápidamente el Reino de Dios. Jesús discute esta crítica con la parábola del campesino paciente: con la parábola Jesús analiza la realidad de su movimiento y quiere suscitar en sus discípulos una actitud distinta: «El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha». (4,26-29). En esta parábola Jesús asume la sabiduría campesina para explicar el crecimiento lento, pero seguro, de su proyecto histórico.
Hay otra crítica más radical de los discípulos a Jesús. Se piensa que lo que hace Jesús es muy insignificante.  Jesús ha llamado para realizar su proyecto a la gente pobre y oprimida: campesinos, pescadores, funcionarios de pueblo; incluso le siguen los enfermos, los endemoniados, los leprosos, los pecadores y otra gente despreciada. Algunos discípulos piensan que el proyecto de Jesús, que es el Reino de Dios, debe construirse «en grande». Jesús tiene poder para eso. Les parece que Jesús «se queda chico». Incluso para el bien de los mismos pobres Jesús debiera relacionarse más con los grandes y poderosos, con la gente importante, y hacer cosas más serias y eficaces, más grandiosas e imponentes. Contra estas críticas, Jesús cuenta la parábola de la semilla chiquitita: «¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra». (4,30-32).
2. El Reino de Dios es irresistible (vv. 26-29): La parábola de la semilla que crece por sí mismo es una de las respuestas a la crisis en la actividad de Jesús y caminar por las comunidades cristianas. En medio de conflictos, las crisis y la resistencia, lo importante es ir de cultivo. Es lo que Jesús hizo y lo que los(as) cristianos deben hacer. La parábola es ver cómo los campesinos trabajaban en la época de Jesús, después de la siembra, sólo volver a comprometerse con la cosecha en época de cosecha (que ya no es cierto hoy en día, donde hay que estar continuamente de la siembra). El centro de la parábola es el hecho de que la semilla en sí (en griego: automatizar - de forma automática), crece y da fruto. Esto se debe a que tiene dentro de sí una fuerza irresistible. ¡Sólo siembran, y verán! Su proceso es lento, pero progresivo, hojas, espigas y, por último, los granos que llenan el oído (v. 28). Es una advertencia para aquellos que quieren todo hecho, y también una advertencia a las comunidades ahogadas por la burocracia, las estructuras y órganos. Precaución: La semilla crece sola. Lo importante es sembrar.
 
3. La pequeñez y la grandeza del reino (vv. 30-32): La parábola del grano de mostaza - popularmente considerado como el más pequeño de todas las semillas - ilustra el contraste entre el comienzo y el resultado de la acción de Jesús y los(as) cristianos. El centro de la parábola es el contraste entre la más pequeña de todas las semillas de la tierra y el más grande de todas las hierbas. De hecho, en las colinas del Mar de Galilea a la mostaza alcanzó tres metros de altura o más. Y los pájaros construyeron nidos en sus ramas. Así es la propuesta del Reino: pequeño en sus comienzos, insignificante debido a los conflictos y resistencias, pero grande en sus resultados, por lo que es proposición universal: las aves representan a las naciones y los pueblos se adhieran a los designios de Dios, sembrada por Jesús, se benefician del mismo. El Reino de Dios será el punto de encuentro de todas las personas.

4. Las parábolas de Jesús no hablan desde la perspectiva de los árboles grandes, sino de los arbustos que pueden crecer en nuestros jardines sin derribar la casa ni secar las otras hortalizas. La primera parábola habla de la fuerza interna de la semilla, que opera prácticamente sin que el campesino se percate. Si la semilla encuentra las condiciones favorables, florecerá. La labor del campesino se limita a preparar el terreno para que ofrezca esas condiciones que hacen posible el cultivo; a los cuidados indispensables para que la semilla germine y se fortalezca, y a la acción oportuna para cosechar los frutos. De manera semejante opera la acción cristiana, favoreciendo la implantación de la semilla del Reino.

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