13 abr 2014

Domingo 6



Mateo 5,17-37

1. Oración Inicial: Señor, envíanos tu Espíritu Santo.  Concédenos escuchar con apertura de corazón tu Palabra y comprender su mensaje para que vivamos siempre conforme a tu voluntad y actuemos como luz y fermento del mundo.  AMÉN.  Cantar  «Espíritu Santo Ven, Ven».

2.  Lectura: ¿Qué dice el texto?
a. Introducción: En el texto de hoy, Jesús cita cinco veces un mandamiento o una costumbre de la ley antigua: no matar (5,21), no cometer adulterio (5,27), no jurar en falso (5,33), ojo por ojo y diente por diente (5,38), amar al prójimo y odiar al enemigo (5,43). Y cinco veces critica la manera antigua de cumplir estos mandamientos. Propone un camino nuevo para conseguir el objetivo de la ley a través de la reconciliación, de la acogida y de la práctica del amor. Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.
b. Leer el texto: Mateo 5,17-37: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.
c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones.  Terminar cantando: «Tu Palabra me Da Vida».
d. ¿Qué dice el texto?
1)    Cada persona lee el versículo o parte del texto que le impresionó más.
2)   ¿Qué dice Jesús sobre la Ley y los Profetas? ¿A qué grupos critica Jesús por las deformaciones en su interpretación de la Ley?
3)     ¿Qué nueva interpretación da Jesús a la ley "no matarás"?
4)     ¿Qué pide Jesús a la gente que va a presentar su ofrenda?
5)     ¿Qué nueva interpretación da Jesús a la ley "no cometerás adulterio"?
6)     ¿Qué nueva interpretación da Jesús a la ley "el que se divorcie…"?
7)     ¿Qué nueva interpretación da Jesús a la ley "no jurarás en falso…"?

3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra vida.
a)    ¿Qué consejo de Jesús consideras más difícil? ¿Por qué? ¿Qué nos enseña todo esto respecto de la nueva justicia que desea Jesús?
b)   Jesús explica cómo debemos cumplir el mandamiento que dice: "No matarás". Hoy, hay mucha gente que dice: "No robo, no mato, estoy  bien con Dios". ¿Qué se puede decir de esta frase a partir de los consejos de Jesús?
c)    ¿De qué manera los consejos de Jesús pueden ayudar a mejorar la relación dentro de nuestra familia y de la comunidad?
d)    ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?

4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos en forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre nuestra vida. «Ayúdanos, Señor, a vivir el amor».

5. Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto, volver la mirada al mundo y comprometernos con el Reino de Dios y su justicia: Compromiso: "un hermano tuyo tiene algo contra ti": ¿Con quién tengo que reconciliarme esta semana?  Llevamos una "palabra". Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración donde volver a conversarla con el Señor.

6. Oración final: Padre bueno, te damos gracias por la Palabra de Vida que nos ha comunicado hoy. Te pedimos que acrecientes nuestra esperanza, para que nunca renunciemos al esfuerzo por crear un mundo en el que el amor  y la justicia sean posibles. Padre Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN.  

Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más

1. Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente pauta al iniciar cada encuentro:
a)     Compartir sobre lo que le pasó a la gente en su diario vivir durante la semana.
b)    ¿Cómo he experimentado a Jesús en lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c)     ¿Qué he hecho esta semana para extender el Reino de Dios?

2. Contexto: Estas palabras, que Mateo pone en boca de Jesús, hay que buscarlo en las diferentes opiniones que existían entre los primeros cristianos sobre la interpretación de la ley de Moisés. Para unos ya no tenía sentido. Para otros la Ley debía cumplirse hasta en los mínimos detalles.  ¿Estaban obligados todos a cumplir sus preceptos, o habían sido abolidos por Jesús? ¿Cómo debían ser interpretados dichos preceptos? Las respuestas a estas preguntas fueron diversas. Mateo intenta conciliar las tendencias de diversos grupos dentro de su comunidad, proponiendo una alternativa a la interpretación restrictiva de los fariseos, que eran la corriente dominante del judaísmo en aquel momento. Según la doctrina de los fariseos, el hombre debía practicar las obras buenas que le hacen justo ante Dios y le alcanzan la salvación. Sin embargo, su interpretación de la ley había caído en la casuística y en la trampa de los mínimos imprescindibles. Jesús propone una vivencia de la ley desde dentro, sin barreras, a fondo... en plenitud. Las enseñanzas de la ley y de los profetas no deben ser acotadas por una larga serie de preceptos, sino asumidas desde dentro, como expresión de la voluntad de Dios.

3. Su justicia debe ser mejor que la justicia de los maestros de la ley y de los fariseos (5,20): Este versículo ofrece la clave general de todo lo que sigue en el conjunto de 5,20-48. En torno a cinco mandamientos de la antigua ley, Mateo reúne frases de Jesús que interpretan estos mandamientos. Quiere mostrar a las comunidades cómo se debe practicar la justicia mayor que supera a la justicia de los maestros de la ley y de los fariseos.

4. Jesús revela lo que Dios quería cuando entregó la Ley a Moisés (5,21-22): La ley dice: "No matarás" (Ex 20,13). Para cumplir este quinto mandamiento no basta evitar el asesinato. Es necesario arrancar dentro de sí todo aquello que de una u otra forma pueda llevar al asesinato, como por ejemplo la rabia, el odio, el insulto, el deseo de venganza, la explotación, etc.

5. El verdadero culto que Dios quiere: (5,23-24): La ofrenda ante el altar carece de valor si despojamos u olvidamos al hermano. No se trata de escrúpulos personales, el asunto es objetivo: si un "hermano tuyo tiene algo contra ti". Esa es la referencia, el otro. No vemos hoy, sin embargo, a cristianos(as) dar media vuelta el domingo, en el momento de entrar al templo a participar en la celebración dominical... La reconciliación con el hermano implica respetar sus derechos y abrirle nuestro corazón a través de gestos concretos. Pero tampoco debemos quedarnos en eso, es necesario regresar a presentar la ofrenda. El círculo se cierra. Oración y compromiso son inseparables. El culto exige la creación de la fraternidad humana. Sólo así nuestro lenguaje será auténtico, sin medias tintas, un "sí, sí, no, no". La reconciliación es uno de los puntos en los que más se insiste en el evangelio de Mateo. Esto nos muestra que, en las comunidades de aquella época, había muchas tensiones entre grupos radicales con tendencias diferentes. No había diálogo. Mateo ilumina esta situación con palabras de Jesús sobre la reconciliación que pide acogida y comprensión. El único pecado que Dios no consigue perdonar es nuestra falta de perdón a los otros (6,14). ¡Busca la reconciliación antes de que sea demasiado tarde!

6. Adulterio y separación: Se refiere a dos cuestiones relacionadas con la vida conyugal que eran muy discutidas entre los maestros judíos de la época, y que lo fueron más tarde entre los cristianos. También para estos casos vale la regla general, porque el adulterio empieza en el corazón; es allí donde nacen los deseos que después se traducen en hechos. En la cultura mediterránea el ojo era el órgano a través del cual se manifestaban algunos malos deseos, sobre todo la envidia y la avaricia. Por otro lado, la mujer era considerada propiedad del varón, de modo que el deseo envidioso de poseer a la mujer ajena era, en realidad, un atentado contra la propiedad. Por su parte, la mano era el órgano de la acción, a través del cual podían llevarse a cabo estos deseos, que nacen del corazón. La invitación que se hace a los discípulos es clara: hay que actuar en las raíces, allí donde se deciden la vida y las acciones del hombre, para evitar que la mala levadura fermente toda la masa. Relacionado con el tema del adulterio, se plantea el problema de la separación matrimonial (5,31-32), que estaba regulada por la ley judía. Aquí las palabras de Jesús son contundentes y corrigen no sólo la interpretación que las escuelas rabínicas habían dado sobre la ley de Moisés, sino las enseñanzas de esa misma ley. La explicación de su postura en este punto tan conflictivo puede encontrarse en 19,1-9: Moisés permitió a los israelitas separarse de sus mujeres debido a la dureza de su corazón, pero en el designio del Creador, el hombre y la mujer que se unen deben permanecer unidos para siempre. A pesar de esta regla general, en la comunidad de Mateo existía un caso en el que el divorcio era lícito. De él se habla en este texto y en 19,9 con la expresión excepto en caso de una unión ilegítima. Es probable que se trate de una concesión hecha a los cristianos de origen judío, para que el marido de una mujer infiel pudiera casarse con otra, pues la infidelidad de la primera convertiría la unión en ilegal.

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