13 abr 2014

Domingo 4



Mateo 4,25 – 5,16

1. Oración Inicial: Ven, Oh Espíritu Creador. Sé luz para el entendimiento de la Palabra que hoy escucharemos. ¡Ven, Señor Jesús!  AMÉN.  Cantar  «Espíritu Santo Ven, Ven».

2.  Lectura: ¿Qué dice el texto?
a. Introducción: El sermón de la montaña es el primer gran discurso del Evangelio de Mateo. No es un tratado de moral cristiana sino una definición de la práctica de Jesús, fundamento de la práctica de la Iglesia. Es la práctica coherente con la llegada del Reino de los Cielos. Las dos comparaciones a continuación están muy relacionadas con la última bienaventuranza, que refleja la experiencia de persecución vivida por la comunidad de Mateo.  Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.
b. Leer el texto: Mateo 4,25 – 5,16: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.
c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones.  Terminar cantando: «Tu Palabra me Da Vida».
d. ¿Qué dice el texto?
1)     Cada persona lee el versículo o parte del texto que le impresionó más.
2)     ¿A quiénes y desde dónde  dirige Jesús las palabras que pronuncia en este discurso?
3)     ¿Cuáles son los grupos de personas a las que Jesús declara felices (bienaventurados)?
4)     ¿Cuál es la razón (o promesa) de la felicidad para cada grupo de personas?
5)     ¿Cuál es la misión de los que viven según el espíritu de las bienaventuranzas?
6)     ¿Cuál es la manera de hacer brillar la luz delante de la gente? ¿Cómo reaccionará la gente al verla?

3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra vida.
a)     ¿Quiénes son hoy los "sabios" que buscan a Dios? ¿En qué sentido te identificas con ellos?
b)    ¿A qué tipo de personas llamamos felices en nuestra sociedad? ¿Qué caminos sugiere nuestra sociedad para llegar a ser felices? ¿Qué clase de felicidad busca hoy la gente?
c)    ¿Corresponde esta visión de la felicidad con lo que Jesús propone en sus bienaventuranzas? ¿Qué sugiere este contraste?
d)    ¿Existen hoy estos grupos de personas de los que habla Jesús en las bienaventuranzas?
e)     Las Bienaventuranzas son una de las mejores descripciones de lo que Jesús mismo fue y vivió. ¿Ocurre lo mismo con nosotros(as)? ¿Nos describen las bienaventuranzas? ¿Qué nos falta?
f)    ¿De qué modo nuestra comunidad puede ser sal e iluminar la sociedad en la que vivimos? ¿Qué se necesita para que la comunidad no se vuelva sosa y no se apague?
g)    ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?

4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos en forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre nuestra vida. «Ustedes son la luz de este mundo».

5. Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto, volver la mirada al mundo y comprometernos con el Reino de Dios y su justicia: Compromiso: ¿De qué forma concreta vamos a vivir esta semana las bienaventuranzas? Llevamos una "palabra". Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración donde volver a conversarla con el Señor.

6. Oración final: Padre Bueno, que por medio de Jesús y de tantos otros testigos que has suscitado en la historia, has manifestado a nuestro mundo el camino de la felicidad, de la bienaventuranza; haz que nuestra vida sea siempre una ayuda para alcanzar la felicidad que Tú esperas de nosotros(as), y a la que nos llamas y empujas, para que contribuyamos eficazmente a la paz y la felicidad del mundo.  Padre Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN.  
Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más

1. Querido(a) Animador(a): Sugerimos seguir la siguiente pauta al iniciar cada encuentro:
a)     Compartir sobre lo que le pasó a la gente en su diario vivir durante la semana.
b)    ¿Cómo he experimentado a Jesús en lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?
c)     ¿Qué he hecho esta semana para extender el Reino de Dios?

2. Contexto del discurso de Jesús: En el Evangelio de Mateo, Jesús aparece como el nuevo Moisés. En el Antiguo Testamento la Ley de Moisés está representada en cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Imitando al viejo modelo, Mateo presenta ahora la Nueva ley en cinco grandes Discursos repartidos en el evangelio: 1) el Discurso de la Montaña (Mt 5 a 7), 2) el Discurso de la Misión (Mt 10), 3) el Discurso del Misterio del Reino presente en la vida (las parábolas)(Mt 13), 4) el Discurso de la Comunidad (Mt 18), 5) el Discurso del futuro del Reino (escatológico) (Mt 24 y 25). Pero para Mateo, no basta sólo el estudio de la Ley. Es necesario observar bien la práctica de Jesús, porque en ella obra el Espíritu de Dios, que anima desde dentro la letra de la Ley. La descripción de la práctica de Jesús ocupa las partes narrativas intercaladas entre los cinco Discursos y tiene la finalidad de mostrar cómo Jesús observaba la ley y la encarnaba en su vida.

3. "de ellos es el reino de los cielos": El reinado de Dios es de los pobres en espíritu y de los perseguidos por causa de la justicia. Quienes no ponen su fe, su confianza y su esperanza en los bienes materiales pero que a la vez son perseguidos porque luchan por la justicia. Ambas condiciones indispensables para que Dios reine. La primera condición es renunciar a la riqueza y a la ambición de riqueza. Esta condición es la puerta de entrada al reino de Dios, pues elimina la raíz de la injusticia, de la acumulación, del éxito individual, de la insolidaridad y del dominio sobre otras personas y sobre la naturaleza. La segunda condición favorece la construcción de nuevas relaciones entre los seres humanos capaces de hacerles más sencillos y más felices, pero a la vez, suficiente motivo de persecución por parte de quienes se sienten amenazados por tal transformación.

4. "...poseerán en herencia la tierra, serán consolados, y serán saciados": Tres promesas de Dios para pasar de una situación negativa a otra positiva: de la opresión a la liberación, del sufrimiento al consuelo, de la injusticia a la justicia. El reino de Dios abre un horizonte de vida y de esperanza para la humanidad empobrecida y oprimida. Enciende una luz en medio de la oscuridad. Insiste en la posibilidad de una vida digna y agradable a ser alcanzada por quienes no disfrutan hoy de ella. Vale la pena, en medio de las adversidades, atreverse a soñar en "otro mundo posible". Salir de la opresión es posible. Salir del sometimiento es posible. Alcanzar la justicia anhelada es posible. Abrir este horizonte de posibilidades, constituye una buena nueva cuando precisamente todo horizonte para la justicia ha sido cerrado. Ver una alternativa de vida digna abre caminos de superación y de lucha.

5. "…los misericordiosos, los limpios de corazón, los que buscan la paz": Son las actitudes y los objetivos los que mueven el trabajo para hacer realidad una nueva humanidad. Son los rasgos propios de la comunidad de seguidoras y seguidores de Jesús. Sólo que estas actitudes y rasgos vienen como consecuencia de haber renunciado a la riqueza y a la ambición de riqueza, y de poner toda la vida en el trabajo por la justicia. Al mismo tiempo son los rasgos de la humanidad nueva que tanto anhelamos y que ya podemos ver en las personas y las comunidades que se esfuerzan por ser misericordiosas, por tener limpios los corazones y por buscar incansablemente la paz. Este es el principal programa de vida de la comunidad cristiana: contribuir con la creación de un mundo justo, solidario y feliz. Quienes viven la misericordia, experimentan la misericordia de Dios. Quienes alcanzan la limpieza del corazón ya tienen a Dios en sus vidas. Quienes trabajan por la paz experimentan a Dios como Padre. Esta manera de ser, de sentir y de actuar es condición necesaria para testimoniar.

6. "...de la misma manera persiguieron a los profetas": La comunidad cristiana que asume el estilo de vida que propone las bienaventuranzas choca con la sociedad que vive otro estilo de vida. La comunidad a la que se refiere las bienaventuranzas se convierte en molestia y amenaza para la sociedad. Su testimonio de vida, sus actividades, su espiritualidad mina los cimientos en donde la sociedad injusta se edifica. No es de extrañar entonces las injurias, las persecuciones, las calumnias que buscan debilitar, confundir y destruir a la comunidad fiel. En medio de las hostilidades la comunidad está llamada a resistir, a vencer la angustia y la desesperanza. La alegría y el regocijo en Dios será la fuente del coraje, de la resistencia y de la esperanza. Es el testimonio de los profetas presente en las comunidades que viven intensamente el discipulado.

7. Sal de la tierra y luz del mundo: Con estas dos parábolas Jesús describe la misión de la comunidad. La comunidad debe ser sal de la tierra y luz del mundo. La sal no existe para sí, sino para dar sabor al alimento. La luz no existe para sí, sino para iluminar el camino. No existimos para nosotros mismos, sino para la gente, para el Reino de Dios. Para Mateo, ser luz consiste, ante todo, en practicar las buenas obras para que todas las personas den gloria a Dios. Con esta mención de las buenas obras se introduce el cuerpo del sermón del monte, cuyo tema principal será, precisamente, aclarar cuáles son las buenas obras que el discípulo debe poner en práctica.

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