21 may 2013

4° DOMINGO DE PASCUA


Juan 10,27-30

 1. Oración Inicial: Señor, abre nuestro corazón, abre nuestro ser a tu ser, ábrenos a la Vida con el poder misterioso de tu Palabra. Haznos escuchar, haznos comer y gustar este alimento que da vida; ¡ve cómo nos es indispensable! Envía, ahora, el buen fruto de tu Espíritu Santo para que realice en nosotros(as) lo que leamos y meditemos sobre Ti. AMÉN. Cantar «Espíritu Santo Ven, Ven».

 2. Lectura: ¿Qué dice el texto?

a. Introducción: El evangelio de Juan nos presenta a Jesús como el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. El marco del texto de hoy es de conflicto con los jefes del pueblo judío. Poco antes, Jesús había dicho: "conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí"(10,14), ahora dice que sus ovejas escuchan su voz y que él las conoce y lo siguen (vs.27). Entre Jesús y sus discípulos(as) hay un diálogo basado en un conocimiento mutuo. La relación entre el Señor y quienes escuchan su palabra se expresa aquí en términos rurales, comprensibles para los contemporáneos de Jesús: relación entre el pastor y sus ovejas. Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.

b. Leer el texto: Juan 10,27-30: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.

c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones. Terminar cantando: «Tu Palabra me Da Vida».

d. ¿Qué dice el texto?

1) Cada persona lee el versículo o parte del texto que te impresionó más.

2) ¿Qué promete Jesús al que siga sus pasos, es decir, trabaje por su Causa, el Reino?

3) ¿Cuál es el don de Jesús para quienes escuchan su voz y lo siguen?

4) ¿Cuál es la misión que le dio el Padre y por la cual Jesús entrega su propia vida por cumplirla?

5) ¿Cuál es la relación entre Jesús y su Padre?

 3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? El Señor sigue hablándonos hoy por medio de su Palabra. No es necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra vida.

a)   La primera actitud que la palabra de Jesús ha puesto en evidencia es que el ser humano debe “escuchar”. ¿Hay espacios en nuestra vida que dedicamos, de modo particular, a la escucha de la Palabra de Dios? ¿Cómo llevar esto a la vida cotidiana?

b)   La segunda actitud que la palabra de Jesús ha puesto en evidencia es que el ser humano debe seguir sus pasos. Nuestro seguimiento diario: ¿Es fiel, es constante? ¿Qué debemos cambiar para ser más fieles seguidores(as) de Jesús?

c)   Dios nos ha concedido una parcela de vida de la que debemos cuidar. ¿Soy “buen pastor” de las personas que tengo a mi cargo (en la familia, en el trabajo o desempleo, en la comunidad cristiana, en mis relaciones sociales...)?

d)   ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?

 4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Se trata ahora de transformar en oración toda aquello que la lectura y meditación de este texto nos ha sugerido. Queremos seguir tus pasos, acompaña nuestro camino, Señor.”

 5. Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto y Comprometernos con la transformación de la realidad: Compromiso: Ofrece a Dios un gesto concreto que signifique seguir sus pasos en tu comunidad, en tu familia, en tu trabajo. Llevamos una "palabra". Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración donde volver a conversarla con el Señor.


6. Oración final: Dios Padre nuestro, que enviaste a tu Hijo Jesús como Buen Pastor que dio su vida por las ovejas: te pedimos nos des muchos pastores(as) según tu corazón, para que, animados(as) por el ejemplo de Jesús, conduzcan a tu pueblo con decisión por los nuevos caminos que los tiempos actuales requieren. Ayúdanos a trabajar, según tu ejemplo, para que las personas vivan con dignidad, justicia, libertad y paz. Padre Nuestro, que estás en el cielo…AMÉN.

Para Las Personas Que Quieran Profundizar Más

 1. Querido(a) Animador(a):Sugerimos seguir la siguiente pauta al iniciar cada encuentro:

a)   Compartir sobre lo que le pasó a la gente en su diario vivir durante la semana.

b)   ¿Cómo he experimentado a Jesús en lo que he vivido? ¿Qué ha hecho Cristo en mi vida?

c)   ¿Qué he hecho esta semana para extender el Reino de Dios?

2. La voz del pastor: El don de Jesús es la vida que supera la muerte (vs.28). Esa es la misión que le dio el Padre (vs.29), Jesús entrega su propia vida por cumplirla. Juan gusta subrayar la unidad entre Jesús y el Padre: "el Padre y yo somos una sola cosa" (vs.30); en su evangelio este es un elemento central de la conciencia mesiánica de Jesús y el fundamento de nuestra unión con Jesús.

3. Con valentía y audacia: El tema del Buen Pastor se desarrolla sobre un fondo de conflicto y amenaza de muerte (ver los versículos que siguen a nuestro texto en el evangelio de Juan). Ese es también el marco en que se dan los primeros pasos de la comunidad cristiana. Sin valentía y audacia no hay anuncio del mensaje. Si lo hacemos de verdad no encontraremos aplausos, sino problemas; la palabra del Señor es exigente y cuestiona todo privilegio indebido, todo exclusivismo religioso. El universalismo de la fe cristiana incomoda a quienes buscan sacar partido de su posición religiosa, a aquellos que la usan para dominar y no para servir.

 4. El lenguaje de Jesús no es para nosotros de evidencia inmediata; más aún, compara a los creyentes con un rebaño, y nos deja perplejos. Somos, en gran mayoría, extraños a la vida agrícola y pastoril, y no es fácil comprender lo que significa el rebaño para un pueblo de pastores. Los oyentes, a los que Jesús dirige su palabra, era un pueblo de pastores. Es evidente que la parábola es entendida desde el punto de vista de un hombre que comparte casi todo con su rebaño. Él lo conoce: ve cada una de sus cualidades y de sus defectos; también las ovejas conocen a su guía: responden a su voz y a sus indicaciones.

a)   Las ovejas de Jesús escuchan su voz: no se trata sólo de una escucha externa (3,5; 5,37) sino de una escucha atenta (5,28; 10,3), hasta la escucha obediente (10,16.27; 18,37; 5,25). En el discurso del buen pastor esta escucha expresa la confianza y la unión de las ovejas al pastor (10,4). El adjetivo «mías»no indica solamente la simple posesión de las ovejas, sino que pone en evidencia que las ovejas le pertenecen, y le pertenecen en cuanto que Él es el propietario (10,12).

b)   He aquí, pues, que se establece una relación íntima entre Jesús y las ovejas:«y yo las conozco» no se trata de un conocimiento intelectual; en el sentido bíblico “conocer as alguien” significa, sobre todo, tener una relación personal con él, vivir en cierto sentido en comunión con él. Un conocimiento que no excluye los trazos humanos de la simpatía, amor, comunión de naturaleza.

c)   En virtud de este conocimiento de amor, el Pastor invita a los suyos a seguirlo. La escucha de la palabra comporta un discernimiento, para que entre todas las voces posibles, elijan la que corresponde a una persona concreta (Jesús). Como consecuencia de este discernimiento, la respuesta se hace activa, personal y se convierte en obediencia. Esta proviene de la escucha. Por lo tanto, entre la escucha y la secuela del Pastor está conocer a Jesús.

d)   El conocimiento de Jesús hacia sus ovejas abre un itinerario que conduce al amor: «Yo les doy la vida eterna». Para el evangelista la vida es el don de la comunión con Dios. Mientras en los sinópticos la ‘vida’ o ‘vida eterna’ esta unida al futuro; en el evangelio de Juan está unida a una posesión actual. Este aspecto se repite con frecuencia en la narración de Juan: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna» (3,36); «En verdad, en verdad les digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna» (5,24; 6,47).

e)   La relación de amor de Jesús se concretiza por la experiencia de protección que el ser humano experimenta: se dice que las ovejas «no perecerán jamás». Quizás una alusión a la perdición eterna. Y se añade que «nadie las arrebatará». Tal expresión sugiere el papel de la mano de Dios y de Cristo que impiden a los corazones de las personas ser arrebatadas por otras fuerzas negativas. En la Biblia, la mano, en algunos contextos, es una metáfora que indica la fuerza de Dios que protege (Dt 33,3; Sal 31,6). Por otra parte, el verbo «arrebatar»sugiere la idea que la comunidad de discípulos(as) no estará exenta de los ataques del mal y de las tentaciones. Pero la expresión «nadie las arrebatará» indica la presencia de Cristo que asegura a la comunidad la certeza de una estabilidad granítica que le permite superar toda tentación de miedo.

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